[2017] VIII Maratón de Málaga

[Julián11]

Al último maratón del año llego con semana de descanso, preferiría que no, la forma aún la mantengo y , estoy más acostumbrado. Paso parte de la primer semana descansando cuerpo y heridas de guerra (rozaduras, molestias en el hombro y la espalda, lo que viene siendo un cromo, además de coleccionismo, puesto que este cromo es antiguo, tanto por los años que hace que fue impreso como por sus ideas). Con el frío pasa de salir a rodar. Entiendo qe no es lo correcto, pero pasarlo mal con frío no me apetece en entrenos. Además, si marcho menos más opciones de que la trasera de la rodilla deje de dar por el detrás de más arriba.

Esa primera semana hago algo menos de 7 horas de elíptica, entre jueves, viernes y domingo. A partir del lunes, dos horas mañana y dos por la tarde. De peso ya me gustaría ir mal, voy fatal. El lunes que hice un buen día y con pulsaciones altas, pesaba 90,2 al mediodía y 88,9 por la noche. Y el resto de entrenos fueron bien, pero lógicamente con menos pulsaciones. Así hasta el jueves, pues el viernes hacía una carrera de 10 km. Me salió como el Apocalypsis ever, fatal. Quedé con una amiga en el metro, por falta de entendimiento, esperé 20 minutos para nada, aun así llegue al parque (Felipe VI) donde se hacía con casi media hora de tiempo. No me sirvió, fui incapaz en aquel descampado vallado (eso no es un parque, es un descampado con dos puentes y vallas por todas partes, eso sí inmenso). A las 11:30 me di la vuelta, pensando en aprovechar lo que pudiera en el gym. El terreno era todo lo que mis pies no aman, todo tierra y piedras (ya sé que allí no puedo volver a una carrera, ni aunque encuentre la salida). Regresando, aprovechando que estaba en racha, me metí por algunos sitios de bajada donde había quedar saltitos de 1 metro al escalón inferior, y a pesar de hacerlo con cuidado me debí desgraciar un poco más. Desde que salí del metro hasta que regresé hice más de 7 km. Para cuando llegué al gym no me sobraba mucho tiempo, pero nada más empezar, noto molestas en el cuádriceps derecho, y en cada apoyo el lumbar de ese lado también se lamenta. Acabo haciendo 10 minutos de elíptica y 5 de bici estática, pero incómodo, dolorido y sin pulsaciones lo dejo. Por la tarde ni lo intento, ando casi cojo. Lo dicho, un cromo viejo.

Viaje el sábado y directo a recoger el dorsal (al apartamento no puedo ir hasta las 2), tomo un par de cafés allí tranquilos, para recoger el dorsal nos hicieron esperar unos segundos porque estaban filmando y haciendo fotos a Pablo Villalobos con otra persona recogiendo el dorsal (creo que iba la cosa por el otro chaval). Recojo un ticket (1 euro) para ducha posterior en un gimnasio. Compruebo la distancia al parking donde está el guardarropa (lo recuerdo del año pasado). Resto del día de descanso en el apartamento. Se prevé que hará calorcillo, eso cuando vienes del frío siempre es malo, no estás habituado.

Dicen que somos 3400. Imagino que algunos menos, pero somos bastantes. Voy con tiempo al parking y resulta que este año es en otro (no me sabía los nombres de los parkings, entendí sería el mismo), así que el calentamiento de marcha ya lo pongo en funcionamiento, a toda prisa, pero sin sufrir, porque si llego justo, pues salgo más atrás (son dos km entre ir y volver al otro parking). Me da para llegar a tiempo, incluyendo último pis (ya no hay colas en lo baños portátiles, claro).

Salida, noto muy pesada la barriga, no es que me duela, es que es un lastre. Cambio la forma de marchar, más anclado al suelo (cuesta levantar el peso y no me traje grúa). Afortunadamente vengo con ganas, y trato de ir fuerte, llevo no muy por delante al beer runner Miguel Ángel de Melilla, que suele correr bastantes maratones, y se le ve porque lleva un pedazo de bandera española durante la prueba entera. Le tomo de referencia y veo que no se me aleja, incluso algo recorto. El primer km sobre 5m40s no dice nada peor ni mejor, procuro seguir el ritmo y me pasan algunos corredores que me conocen y saludan, ánimos mutuos. Caen unos gotones de agua, que no estaban previstos, y a lo mejor hacen el maratón más llevadero para los que pelean marca.

Al final del km 2 ya estamos subiendo (11m40s o poco menos, coincidiendo el gps y letrero), en el 3 se sube más, y giro y bajada, pasando por debajo de la carretera, el km 3 pilla ahí y voy tratando de sacar provecho de la bajada (la barriga molesta más bajando, porque voy más rápido y se mueve más). Por mi gps paso bastante bien, en 22my algo, pero no veo letrero del km 4. Me quedo sorprendido, porque al final sí lo veo, algo más de 24 minutos, y marca 4,30 el gps. No lo comprendo, pues puede que algo se haya trastocado por el túnel, pero yendo más rápido por la bajada, no puedo haber hecho los 2 últimos km claramente por encima de 6 minutos. Pero bueno, me saludan gente de otras carreras que me recuerdan (Veleta, Burgos recuerdo ahora, alguna más).

Intento apretar para el 5. No voy nada cómodo por lo pesado que me siento, y menos cómodo por lo visto con los tiempos. Sobre 30m30s (y 5,30 de gps). Para el avit nos hacen ir a la derecha, porque por la izquierda no hay mesas, pero gran sorpresa, las mesas sí las hay en la derecha, pero ya sin agua, primer avit km 5 (llevaré al menos unos 500 corredores por detrás) y no queda agua. Me parece tremendo y un horror, y estoy viendo el maratón gris oscuro. Este km me desgasta la moral (el más lento de los 10 primeros que haré). Casi 37 minutos paso el 6. Afortunadamente en el 7,5 habrá otro (aunque se mencionaba en inicio avituallamientos cada 5 km en las informaciones finales decían que serían cada 2,5. Así que expectante, mientras, aunque hay poco público, sí hay chavalines con las manos puestas y ahí vamos, a chocar.

Llega el km 7, creo que vamos todos acojonados, primeras mesas vacías (hay bastante élite con sus bebidas, siempre en primeras mesas), pero luego se ve que queda agua, al menos cuando paso yo todo el mundo se vuelca en la primera, dos o tres esperamos a la segunda, y eso ya es otra cosa, pero con ojo, veo algunos voluntarios buscando botellas en el suelo con agua para reciclarlas a los que vienen más atrás (eso deduzco), me ha parecido, por lo que he visto en las mesas que no debían quedar más de 50 o 60 botellas por repartir, así que problemas para los de más atrás. Entramos en un saliente del puerto, y el terreno es incómodo, como si fuera empedrado, además sorpresa, pasamos el km 8 con 8,50 km de gps. El crono lamentable, claro, más de 50 minutos voy asustado, luego me razonan que los gps no son perfectos (yo ya sé que el mío falla), pero vamos de susto, ese trozo del puerto es un poco más distraído, tan pegados al mar. Al final llegamos al km 9 con 9,34 km. Aparte que esté bien o mal medida la carrera (siempre es un dilema), me parece un horror eso de ir poniendo los letreros tirándolos desde una avioneta, aciertan muy pocos. Al final al llegar al km 10 61m30s aprox. Ahí ya estamos en paseo marítimo, y nos alejaremos unos 5 km del centro, para volver por las mismas calles y paseo que vamos.

Aquí hay algo de entretenimiento, porque en breve nos empezaremos a cruzar con todos los corredores que llevamos por delante. Primero serán 3 keniatas, y luego (pasando por Cristóbal Ortigosa, su 18º de 2017, a un nivel muy alto todo el año). Voy por mi izquierda para estar más pegado a su carril y animarles. Va a ser un rato distraído, pues me cruzaré con todo aquel que vaya delante de mí. Empiezo en el 11-12 a notar raras las piernas, más pesadas, es raro ¡, porque no sólo no me suele pasar, sino que le suele pasar a otros ya pasada la media maratón. Intento no pensar en ello, y sigo con la misma intensidad, y animando a los que me cruzo (y recibiendo ánimos). Cuando ya me cruzo con el grupo de 3 horas, oigo alguna vez mi nombre, aunque pocos conozco (Susoku, Gonzalo, sí me anima y le reconozco). Las piernas ya pasado el km 13 van mal, están ok pero me dan unas sensaciones raras que no conocía. Alguna vez me han dado problemas, pero ya pasado el km 30. No sé la razón, pero bueno, no sé si se agarrotarán o qué, no pinta bien, aunque ahora lo que me importa es mantener el ritmo todo lo fuerte que pueda.

Me da ánimos todo el cruce con corredores (veo a Manolo Rico, pero no a Antonio de Jaén), y otros más que o no me da tiempo a ver quiénes son o no los reconozco. Incluso el 14 y 15 por debajo de 6m10 (los anteriores sobre 6m20s). 1h33m aprox por el 15. Habrá que ver de ahí a la media lo cerca que me quedo de los 6 minutos. La vuelta se vuelve solitaria antes de llegar al 17 pues ya no quedan corredores con que cruzarme (lo he hecho también con Pepe Caballer, a pocas falla). Además el sol da bastante y las piernas no van a mejor (la tripa ha seguido pesando todo el tiempo), intento mantenerme cercano a los 6 minutos. El paseo cuesta bastante, y creo que el esfuerzo me deja las piernas peor, pero aún están ahí. Llego a la media con 2h12m35s tampoco está tan mal el tiempo (y la diferencia de los puntos de km con gps de 350-370 metros, no ha ido a más). Ahora en un giro a la izquierda pasamos paralelos a meta y se oyen los altavoces animando a los primeros clasificados. Afortunadamente ya ha habido agua con normalidad en todos los avit (luego sabré que algunos se quejaron de que les faltó en algún avit del 20 y pico).

Hay algo de animación y cuando acaba esa recta paralela, torcemos a la izquierda, dando bastante el sol y con fuerza (y en Madrid no voy al Retiro porque tengo frío), alejándonos en dirección contraria al centro, dirección al  Martín Carpena. Las piernas están bastante peor, no sé definirlo bien, me quedaría que están como masa de churros. En un cruce, oigo por una calle alguien que aparece a lo lejos, que me anima, diría que era Pablo Villalobos (en ese momento estaba seguro, más tarde ya no estaría seguro de nada), me tiene bastante visto del Retiro y de cualquier maratón al que se acerca. Hasta el 24 el calor fastidia y cuece a partes iguales, al menos a mí, y las piernas han ido poco a poco hacia el punto de ebullición, o igual mejor decir que a su punto churrero. Raro es haber adelantado a Miguel Ángel de Melilla, iba andando y me ha dicho que fastidiado desde el día, o días, antes. Las piernas siguen molestando, y aunque mi ritmo va perdiendo algo, me mantengo sobre los 6m30s y algo menos. Hasta llegar al 25, por encima de 2h37m (25,40 y algo por gps, en eso no hemos ido a peor, hasta ahora). Y mis piernas están hechas un conglomerado o que se yo, pero a partir de aquí a duras penas las puedo mover, el ritmo se desploma varios pisos, las molestias van a peor, los km se hacen infinitamente interminables y la moral llega mucho más abajo que el ritmo. Afortunadamente no he vuelto a vivir ningún problema de avituallamientos (y en todos una gran ayuda de los Voluntarios, incluyendo aquellos en los que faltó agua), siempre con botellas de agua, vasos de isotónico y naranjas y plátanos (no sé la razón de ue estos me sienten mal últimamente, apenas me atreví en una mesa a coger un trozo en toda la prueba).

Toca pasarlo mal, nos olvidamos de los 6 minutos y pico km. Va a ser un descenso total, los km no pasan nunca y ya ni quiero mirar el reloj, porque es autoinfligirme dolor extra el ver lo que señala. La barriga no sé si ha pasado a doler más, pues siento una combinación de ambas cosas, llegar al 26 es un mundo, llegar al 27 fatal, vamos al 28 y no veo la forma de llegar al 30 y no sé cómo va a ser si quiero llegar a meta, no llegaría nunca, o esa sensación es la que tengo. Pienso en que si abandono o no (un poco absurdo, porque democráticamente hablando perdería esa votación 1-0), sería lo más lógico. Además, no sé si es casualidad o ganas de rizarme un rizo, el gps se vuelve a distanciar más de los letreros, con lo que es todo muy interminable, aunque también es cierto que no haría nada positivo abandonando, pues estoy en la otra punta, y como poco tendría que esperar al coche escoba, que le quedaba ratazo para pasar por allí. Después del 29 entramos en el estadio, normalmente  sería un momento chulo, ir por la pista, poder variar ritmo, intento en algún momento salvar el ritmo (suelen ser pocos metros, en los que creo que afloja el dolor, pero al apretar enseguida tengo que volver a penar). Aunque hayan sido pocas líneas, llegar al km 30 ha sido una eternidad y con sufrimiento físico de no poder ir nada rápido, y lo que es peor moral, pues mucho me importa el cómo voy. El km 30 lo paso en más de 3h15m. Me adelanto un chico que se ha hecho el maratón entero con dos raquetas de tenis (o padel, no sé) y pasándose la bola de una raqueta a otra toda la prueba.

Ahora toca intentar regular el sufrimiento, el ritmo es lento, me pasan generalmente, pero incluso yo paso algo. No hay casi público, pero el que hay anima, es moralizante que me animen, pero sabiendo lo mal que lo hacía ¡, por dentro me parecía muy mal ser animado (eso sólo lo sé yo), intento hacer lo mismo, sonrisa y pulgar. Las piernas fatal, el esfuerzo es alto, llego a pensar en dejar de marchar e ir andando, pues el ritmo sería el mismo, y dejaría de poner tanto esfuerzo que me consume sobre todo moralmente, pero para que me entienda un corredor, sería la diferencia de ir al trote (muy cochinero, mucho muy) a ir andando, y prefiero aunque sea mal y penoso ir marchando (cuesta más trabajo), aunque muy lento algo de pego si debo estar dando, pues me felicitan por lo bien que lo hago (y me da vergüenza, aunque siempre lo agradezco). Incluso algún chocamaning, mucho más fácil, pues a esa velocidad no fallo al chocar.

Km 31. Ya no el 42, simplemente el 34 o 35 me parce que están muy lejos. Voy todo el rato comiéndome el coco (ojo, que en eso soy un fenómeno, se me da de vicio), alguna vez que por despiste llego a mirar el crono, veo que incluso hay momento de a más de 9 minutos (y sufriendo, me cuesta cada vez levantar las piernas para avanzar, y como si me hubiesen pegado un puñetazo en la tripas y aún no hubiesen retirado el puño). Contra todo pronóstico (de creer que no llegaría a ese punto, al menos el mismo domingo) llego al km 32 (ya más de 32,7 por gps, eso ya es cosa de otra peli). Sólo 10 km y ya he pasado claramente de las 3h30m (creo 3h32m-3h33m). Qué largo se hace, al menos vamos regresando dirección a meta, creo que al llegar cerca del centro urbano el circuito se endurece, con subidas y bajadas, no sé, pero no creo que pueda ir a peor, lo único peor es que acabe parando, y por el momento eso no pasa. Sigo tentado de ponerme a andar, pero no lo hago. Llega el km 33, otro km eterno. Ya llevo un km haciendo números. Debo estar no muy por encima de 8 minutos por km. Básicamente sin sumar más de 4-5 segundos por cada uno, de esos 8 minutos. Sí, lamentable plantearse esas metas, que además no dependerán de mí, sino de que no vaya muy a peor el estado de mis patas, agarrotadas, pesadas y con difícil movilidad.

Trato de pensar que ya llego al 34 y que no es mucho lo que queda, pero es que un km ya me parece un mundo, 3h51m3h52m el paso. A ver si al menos es más distraídos cuando lleguemos al centro. El km 35 en poco más de 4h. Parece que por lo menos sí debería bajar de 5 horas, si no voy a peor. He hecho 5 km a ritmo de 8m30s de letreros, así que algo debería mejorar para estar por debajo de 5 horas. Vaya maratón que escojo para naufragar, el último del año, la moral no va nada a mejor. Y empezamos a subir, me da igual, porque más duro no puede ser, y más lento no puedo ir. A ver si el cuerpo se lo toma a mal (y las piernas, sobre todo).

Empieza la subida, y no me veo peor, voy tirando como puedo, y al rato noto que voy algo más rápido, a todo lo que me molesta hay que sumarle la tensión, esa la llevo siempre vaya bien o mal, y con la tensión ahora no parece que me esté causando los mismos problemas el moverme, no sé si el hecho de ir en subida ha reestablecido algún descontrol, pero los dolores ahora no pasan de molestias fuertes, y voy avanzando más y más. Y la moral, pobre ella, mi pobre moral (tan abofeteada que la tengo siempre), se ilusiona un poco. L 36 ha mejorado levemente y el 37 más, lo he pasado en 4h15m-4h16m Y estoy pudiendo apretar más cada vez.

Ni me planteo ni me preocupo por la respiración, ya paso gente (y no soy adelantado, normal, quedarán ya pocos por detrás). Otra subida, no aparece el 38 (lo veré luego bajando), los gps hacen la puñeta, ya casi 900 metros de diferencia con los letreros, con este que no vi del 38, empiezo una cuenta de a ver lo que puedo adelantar, para motivarme. Ya solo estoy pendiente de apretar, sea subida, bajada o llano, a 7 y poco el último hasta el 39. Aunque parezca flojo, todo un sueño hace un rato. Y no sé si porque posiblemente me bajaran las pulsaciones en esos km de penuria y penitencia, pero ni me preocupo de la respiración ni pulsaciones, desbocado a meta, más de 6 adelantamientos en el primer km. No me va a dar tiempo, creo para bajar de 4h 50m pero ya no me voy a quedar nada lejos. Menos de 4h31m en el 39 que no esperaba y diría que cada vez más rápido. Sigo adelantando y recibo ánimos de alguno que debió verme cómo sufría antes, y se sorprende-alegra. Ya estamos callejeando en calles más céntricas, por una me parece que me ha animado Pablo Villalobos otra vez (ya es que debo tener fijación, pero puede ser). No me falta mucho para 4h37m en el 40. Alcanzo a una mujer más mayor, W65, con la que compartí bastantes km entre el 12 y el 18 sobre todo, se sorprende al verme (cuando me pasó en el 20 tantos debió verme como estaba realmente), aunque es extranjera tenía nietos españoles animándola en aquellos primeros km y ahora se sorprende y alegra al ver que la adelanto fuerte. Yendo muy bien, no creo haga a 6 pelados o menos los dos últimos, como para bajar de 4h50m. Aunque me siento vertiginoso, comparándome conmigo mismo, y más fuerte cada vez, debo hacer ruido, pues alguno que adelanto se gira antes al oír al búfalo resoplando. El oír mi nombre en alguna ocasión a lo lejos me fortalece la moral, ha de ser gente que me conoce, y más obligado me siento a no ceder en el pobre acelerador que tengo por pie.

Estoy moralmente mejor, que supongo era lo importante, ahora mismo siento molestias sólo, que no es nada comparado con lo que sentía antes. Ese último km llega ya, y la calle Larios, tenemos abierto pasillo, primero por vallas, en alguna curva anterior, y luego por cinta, nos mira mucha gente, he alcanzado a un compi que llegó justo delante de mí en Langreo, y hemos ido casi un km juntos, pero se ha quedado, no debe ir bien porque en Langreo fueron 4h28m. Ahora sí le sientan mejor a mi moral los ánimos, pulgar arriba y sonrisa la pongo ahora y la ponía antes. Se acaba la calle Larios y laaargo paseo de la Alameda, ya todo recto, me han animado varios corredores que sé fijo que conozco, por mi nombre y desde lejos, pero a la mayoría no llego a verles (y a otros no soy capaz de conocerlos-reconocerlos). Alcanzo al corredor de las raquetas y le paso, aunque luego en los últimos metros apretará y me adelantará de nuevo. Muchos ánimos y me voy acercando, ver algún corredor ya llegado que corre a acercarse a la valla para animarme me da mucha moral, todos los que hay mirando me animan, y soy tan así, que me hace sentir bien. Km 42 (la recta era interminable) 4h48m40 y tantos, podría, pero me huele que no, y según llego a meta veo que no, ya 50 metros antes paso las 4h50m (y pienso que y una mierda 195 metros del letrero del 42 a meta), pero por un momento me olvido para poder entrar a gusto, con la mejor de mis sonrisas, no ha acabado tan mal el día para lo horroroso que estaba hace tan solo una hora. Llego a meta (luego veo en todas las fotos que se me caen las sonrisas hasta más debajo de los muslos, ya tocaba ver todo fotos sonriendo en meta, normalmente es casi mueca por el arreón final).

Fin del año de maratones. 4h50m26s (1m40s en los últimos 195 metros ni lo comento,  1m11s por gps, así que más cerca de 300 metros que de 200 del 42 a meta), 152 ppm 4831 calorías y 43.19 km (1000 metros más de gps al final) en el puesto 2244 de 2471 en meta y bastantes abandonos (no presentados aparte), entre 22 y 25 pasé en esos últimos km y 3 me pasaron a mí, que para lo esparcidos que estábamos ya, no está mal. Lo he pasado muy mal, y no sé la razón, he hecho más elíptica esta semana, pero en otras épocas la hacía a mansalva sin pasar nada, por las molestias de barriga he ido más anclado al suelo, seguramente marchando distinto, pero no creo sea por eso. Y tampoco me explico la posibilidad de recuperarme, que ha sido gracias a la subida, pero es lo que ha habido, y lo que hace difícil para mí de hacer bastantes maratones, tener que pelear con lo que surja y cuando surge, no cuando me vaya bien. Todos dicen que debía descansar, pero después de 9 seguidos he tenido la semana de descanso y me pasa esto, estoy convencido que si es una semana antes no me pasa.

Tomo aliento post meta, y allí al lado está Pablo Villalobos, está en todas partes este finde, me dice que soy un máquina o algo así (eso me hace pensar que sí estaba en los puntos que creí verle), luego veo que entró en meta con tiempo oficial (4h32m), acompañando a otro chico, imagino que haría el final con él y le debió estar dirigiendo entrenos, les están haciendo muchas fotos y vídeos juntos. Tiro para ir a buscar la bolsa que está lejos. Me pone la medalla una chica con síndrome de Down, y me alegro de tener el honor (había más posibilidades, no veía ninguna mejor que ella). Voy cansado, pero sin dolores, creo, supongo que aún tengo la adrenalina por todo lo alto. Emocionado, de haber acabado con decencia, después de haberlo pasado como que muy fatal, moralmente que es lo que más tengo en cuenta conmigo mismo. Me voy resoplando. Casi llegando me para una chica que ya me saludó durante el recorrido, muy simpática, me habla mal en inglés, soy un poco botarate, creía que era de aquí porque me sonaba de otro maratón, y era de otro maratón, sí, pero de Lituania, nos echamos cuarto y mitad de risas con enhorabuenas y suertes para las próximas. Y llego a la bolsa. Me quito las zapas que me han vuelto a respetar, agradezco a las chicas voluntarias la ayuda para con nosotros y a deshacer camino. Me cruzo con otros chicos que me animaron al adelantarme, aunque ahora ya no recuerdo de qué maratón anterior (me lo dijeron), a por la bolsa,a pesar del cansancio voy hasta casi rejuvenecido, por la posibilidad de resucitar en la prueba. Mucho compañerismo de otros maratonianos me ha parecido, o al menos así lo he vivido, los avituallamientos han estado bien y han sido frecuentes, salvo los problemas de los primeros, en mi caso (ya dije que alguien comentó que se quedaron sin agua, pero luego trajeron en alguno del km 20 tantos).

Voy al gimnasio donde nos podemos duchar, pero paso por los fisios por si no hay cola, y me toca enseguida, desde ese km35-36 todo me está yendo a mejor, ya tocaba. Muy amables los chicos, me preguntan y tal, cuando les digo los maratones que llevo se van a avisar a alguien para que venga y me vea, pero sí se lo creen, más dándoles datos, y mientras me ayudan a sanar las piernas van echando risas de todo lo que voy soltando de bromas y penurias de hacer tantos. Acaban y voy ya al gym. Es un infierno el camino, porque la bolsa pesa mucho muchísimo. Al final cuando lo encuentro al entrar en el vestuario y soltarla no puedo ni girar la cabeza del dolor de la cinta en el hombro. De las piernas ahora, supongo que solo cansancio, pero el hombro destrozado. Echamos risas los que allí estamos con las cosas del maratón. Un chico (diría que portugués) me dice que no había visto nunca a nadie resoplar tan alto de volumen (o tan fuerte, según se entienda), le explico que casi siempre, que es para recuperar mejor el aliento, echar fuera la tensión y adrenalina acumulada y más cosas (aunque todo se lo digo con menos palabras).

Luego comer cerca de la estación y vuelta algo animado para Madrid. Sorprendentemente lunes y martes tengo agujetas en las patas, no la he tenido en siglos, aparte del hombro dolorido. Lo de la parte de detrás de la rodilla nome ha dolido ya, aunque podría ser que pno lo note porque todo lo demas me duele mucho más. El cuadriceps molesta al apoyar y repercute en la parte baja de la espalda del mismo lado, veremos si se va poco a poco o dura.
Se acabó el año de maratones. Han sido 29, 32 contando las distancias superiores (74 y 80 en total). Para mí, muy, muy difícil, aparecen siempre las circunstancias que ni piensas y hay que estar preparado para lidiar con ellas. Estar en esas 32 salidas y llegar a las 32 metas (ambas cosas) son para mí una satisfacción grande, y aunque me gustaría poder pelear mejores marcas, no puedo abandonar el resto de mi vida normal, ni someterme a planes y dietas que me harían la vida peor (hablo de mí, cada persona es un mundo), me siento bien conmigo, siempre que me vea disputando las pruebas a mi tope, el que sea que tengo en ese momento y ese día.

No sé cuántos habrán sido capaces de leerse cada crónica mía, no sé si es mi problema, pues cada uno es libre de hacer lo que quiera, gracias a los que se molestan en leerme y medio disculpas a los que se atreven a leerlo todo, que seguro debe ser, debe ser, debe ser… no sé qué debe ser.
Espero que el año que viene pueda seguir con lo mismo, imagino que por logísticas y pelas será alguno menos, pero este año el #dorsal32 se ha hecho 32 pruebas de distancia maratón o superior y eso me mola.

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Enhorabuena de nuevo Julián por ésta y las 31 anteriores.
Ahora a disfrutar de las fiestas!
Un fuerte abrazo

[Julián11]

Gracias Alex. Pensando ya en las siguientes.

[raj]

Pues sí, gracias por esta crónica y por todas las demás que he leído, que ya van siendo unas cuantas, y de todas se aprende. De hecho, no sé yo si esta última ha sido una de las que más creo me han enseñado, y en especial las reflexiones finales.