Autor Tema: [2015] XXXII Media Maratón de Benidorm (Leído 12492 veces)

Peterburn

Enhorabuena Dani!!!

Es una marca brutal que refleja una dispciplina y un curro enorme

Desde la panda de los trotones te despedimos y te deseamos todos los éxitos en tu nueva liga ( hace ya tiempo que estás en ella, pero esta es la rúbrica definitiva)

criojeno · « *Última modificación: 01 Diciembre, 2015, 12:05:28 pm por criojeno* »

Bueno, allá voy!! Perdonad si me sale un tochazo!! Y perdonad por las fotos a los que tengáis una conexión de 56k!!

Cita de: La crónica empezaba así... en 27 Noviembre, 2015, 14:42:53 pm

Un plan seguido al 80% finalmente, con un inicio muy costoso tras el verano en el que me costaba sumar kilómetros y ganar algo de velocidad. Pero poco a poco, fui consiguiendo ceñirme a los ritmos y distancias que marcaba. Estas dos últimas semanas un poco peor, pues el constipado que cogí en la tropical Behobia trajo consigo una sinusitis posterior, que aunque todavía no se ha curado del todo, espero que no sea una excusa para el resultado del domingo. Por si acaso, seguiré tomando antibiótico hasta que se cure. Ya me he informado, no es dopaje... xD

En resumen, han sido 12 semanas, para 40 entrenamientos y un total de 518,8 kilómetros, con el único objetivo de mejorar mi marca personal en Medio Maratón obtenida en Madrid el pasado mes de marzo, 1:42:07, aunque sea por un solo segundo...

Continuará...

El Sol nos recibe en Benidorm
El viernes por la tarde puse rumbo a Benidorm, junto con mi mujer, mi sobrino y mi acompañante de entrenos: mi perrita Hada. La sinusitis no se hacía de notar, pero le fui fiel a mi doctora y continué tomando el antibiótico. Empezaba bien el viaje. Buscamos una pizzería con horno de leña: pizza que engulló mi estómago y corto paseo por el centro (reconociendo los kms. 10-11) con Hada antes de dormir al apartamento (por cierto, baratísimo y a 200 metros de la salida/meta). El sábado, tras desayunar sin prisa alguna, bajamos a primera hora a por el dorsal. Junto a él, la bolsa del corredor traía camiseta técnica negra, un caldo Aneto de litro (con su bolsa de la compra), una barrita de chocolate y una braga naranja para el invierno. Acto seguido nos fuimos a dar un paseo tranquilo por la Playa de Poniente (reconociendo los kms. 15-18), con sus abueletes haciendo gimnasia, con sus cantantes, con su Sol... ¡¡Llegamos a 20 grados a mediodía!! Comimos unas raciones a la sombra y nos fuimos a descansar unas horas. Tras la siesta, volvimos a pasear, esta vez por la Playa de Levante (reconociendo los kms. 0-2, 8-10 y 18-21). Ya había anochecido y los inglesitos estaban o bien viendo partidos de la Premier League o bien cenando, con sus carritos motorizados a las puertas de todo local que se precie. Como habíamos quedado congratulados con el restaurante italiano, regresamos a él para cenar de nuevo, esta vez un buen plato de pasta, y temprano a la cama. Me costó horrores dormir, me desperté varias veces, etc... ¡¡Menos mal que dormí bien la noche anterior!!
El día soñado
Llegó el domingo, el día de la carrera. El día que estaba esperando desde el primer entrenamiento de cuestas del pasado 6 de septiembre. El despertador sonaba a las 7:45 para desayunar temprano. Yo me desperté a las 7:30 e hice el café. Estaba nervioso, lo reconozco. Me salí a desayunar a la terraza. Hacía fresquete, pero es que todavía el Sol estaba despertando por Levante. Desde la terraza podía ver la zona de salida/meta y no paraba de mirarla. La megafonía empezaba a funcionar. ¡¡Y yo, acojonado!! El plan que había hecho era para bajar de 1:40:00, pero yo quedaría contento con bajar mi marca en Madrid, que era de 1:42:07. No tenía claro ni alcanzar esta última... Saqué a Hada para que hiciera sus necesidades (ya hablaré de lo retrasado que me parece Benidorm en cuanto al trato con las mascotas) mientras mis acompañantes desayunaban y se preparaban. Ya con la indumentaria FFDR, chándal y abrigo. Por supuesto, aproveché para pasar por la salida y ver cómo iban llegando corredores, para visualizar el km. 21, para cualquier cosa que no implicara estar pensando, en definitiva. A la vuelta, ya con mi mujer y mi sobrino, nos colocamos en la salida para hacer el minuto de silencio por las víctimas de la barbarie en todo el mundo y para ver los primeros metros de las gacelas del 10k, que salían 25 minutos antes que nosotros. De ahí, a calentar y realizar un poco de movilidad articular por el Parque de l'Aigüera y hacia la salida, sin olvidar... ¡¡la cinta naranja de las grandes citas!!
Por fin os hablo de correr
La salida estaba organizada por cajones. Yo, con marca acreditada de más de 1:30:00, estaba en el último, el de color naranja. Por cómo había sido la salida del 10k, ya intuía que me iba a ser difícil el primer kilómetro. El objetivo era salir a 4:40 desde el principio y hasta que el cuerpo aguantase. Y, en efecto, tras el bocinazo que dio la salida, llegó el tapón. Como estaba mentalizado, no me preocupé. Sí que tuve que hacer algún que otro zigzagueo al llegar a la playa de Levante para frenar la merma de tiempo y dejarla en 4:47 en ese primer km. Siete segundos que recuperé en los dos siguientes kms, justo antes de buscar la velocidad de crucero. Tras abandonar la playa, la carrera se alejaba de la zona de jaleo. Ida y vuelta de leves toboganes por la Avda. Severo Ochoa hacia la zona de campings. Para mi gusto, bastante cómodo para rodar. Paso por el km. 5 en 23:19 (4:40 clavados) y recojo el primer avituallamiento, que voy bebiendo a sorbos durante varios kilómetros con el Sol de cara. El giro hacia la Avda. Mediterráneo me trae por fin algo de sombra, que se agradece pese a estar a finales de noviembre... Pasado el km. 9 estaban mis pomponeadores para animarme: "este era mi fin de semana". Me lo dijeron miles de veces. El paso por la alfombra del km. 10 estaba situado en plena parte vieja y lo hago en 46:38 (23:19 el parcial - 4:40 clavados). El reconocimiento del día anterior me hacía intuir que lo más complicado estaba por llegar. El desnivel entre la primera línea de la Playa de Poniente y la segunda parecía bonito... ¡¡Y no me defraudó!! Una subida de 450 metros al 6,5% hizo que el Garmin me avisara de mis pulsaciones (sobrepasando las 176 ppm que la prueba de esfuerzo determinó como mi máximo). Ese km. lo hice a 5:07. Sabía que si lograba volver a los ritmos anteriores, estaba en tiempo, por lo que no me preocupé nada más que en volver a un estado más bajo de pulsaciones. Además, ¡¡todo lo que se sube... se baja!! Habría 400 metros al 7% que me sirvieron para recuperar. Di caza al práctico de 1:40:00 y me pegué a el hasta el avituallamiento del km. 16. Ah, perdón, que casi me olvido de mi paso por el km. 15 en 1:10:24 (23:46 - 4:45 el parcial más lento de la carrera). Tras "escaparme" de la liebre al final de la Playa de Poniente, entramos de nuevo en la parte vieja de la ciudad y tras ella me esperan de nuevo mis fieles pomponeadores. Los 2 kms de la Playa de Levante se me hacen duros. El Sol ya había levantado y cascaba bien de lateral. Las pulsaciones, ya a más de 170. Aún así, logro no subir de 4:44 en este tramo. Al final del mismo, la liebre me da caza buscando recortar tiempo al final de carrera para llegar en su tiempo estipulado y yo trato de seguirlo sin éxito, pero sí logro volver a marcar 4:41 y 4:40 del km. 19 al km. 21, con el Garmin de nuevo pitando. El paso por el km. 20 lo hago en 1:33:48 (23:24 - 4:41 en el parcial). "Ya no queda nada", me digo... En el km. 21 estaban de nuevo mis pomponeadores, a los que no veo entre la gente. Pero sé que están ahí. En ese momento, escucho por megafonía que faltan 25 segundos para llegar al 1:40:00 oficial y aprieto los dientes. La entrada en meta era cuesta arriba y la hago a un ritmo parcial de 3:50 (alcanzo 187 ppm), cazando a la liebre mientras él se congratulaba de haber cumplido. Me beso mi anillo a modo de agradecimiento a mi mujer y suelto un puñetazo al aire de alegría como nunca lo había hecho. Paso por meta en 1:39:58 oficial y luego en las clasificaciones veo el neto oficial en 1:39:14 y no me lo creo. El sprint me dejó exhasusto. Me bebí tres vasos de Aquarius y uno de otro isotónico y dejé al agua y la fruta para después, en el apartamento. Encuentro con mi mujer y mi sobrino, que me dan la enhorabuena, tan contentos como yo, y nos hacemos unas fotos con la medalla de recuerdo. Tras la ducha, nos fuimos a contemplar las vistas de La Cruz y a mojar a Hada un poco en una cala cercana (arriesgándonos a una multa, claro...), que nos lo llevaba pidiendo todo el fin de semana, antes de comer algo y regresar a casa.
Benidorm y los perros
Quedé en hacer una reseña en este aspecto. Pido perdón por el off-topic (os podéis saltar esta sección). En Benidorm, aparte de jubilados, británicos y de jubilados británicos... hay muchos perros. ¡Pero no hay ni un solo sitio a dónde llevarlos! El perro no puede pisar los parques y no puede hacer sus necesidades en la calle -evidentemente- ni en una mísera esquina de césped -dónde es muy fácil recogerlo-. No hay ni un mísero descampado donde llevarlos. Y ya ni os cuento lo imposible que sería soltarlos para que corriesen en alguna parte. A Hada le encanta la playa (en ese aspecto Gandia 10-0 Benidorm), pero estaba prohibido, como en la mayoría de municipios españoles. Hasta en una cala alejada de apenas 30 metros, dos señales enormes nos hacían ver que si entraba el perro, podríamos ser sancionados. Incluso en un camino para pasear por el campo había señales que indicaban que el perro debía ir atado -al menos, aquí nos dejaban llevarlo-. Por tanto, decidimos volvernos un rato antes y parar en El Campello, que tiene habilitada una playa para perros, aunque esta sea de piedras.
Agradecimientos, condolencias y cierre
Por último, he de agradecer a todos vosotros, los Forofos, que habéis estado pendientes de este hilo y me habéis mostrado vuestro apoyo tanto por aquí como por el "caralibro". Mención especial para los miembros del "FFDR Cayenas Team", porque son los que han tenido que soportar la preparación de esta carrera mientras ellos se decantaban por buscar maratones en las otras dos provincias de la Comunitat Valenciana. Y, por supuesto, también a mi mujer, que me sigue permitiendo hacer esto... Por otro lado quería mostrar mis condolencias a los familiares y amigos del corredor benidormense Daniel Juárez, fallecido nada más cruzar la meta cuatro minutos detrás mía, con tan solo 24 años... Se desvaneció tras acabar y tras reanimarlo, no pudieron hacer nada por su vida. En el vídeo de Corriendo Voy se puede observar la rapidísima actuación de los servicios médicos allí presentes. Nunca sabré muy bien el por qué de estas cosas ni si realmente el cuerpo da señales antes de que se produzcan, pero es algo que me acojona... No os imagináis el cuerpo que se me quedó al escucharlo por megafonía desde el apartamento...