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  • [2019] III Edición Carrera Nocturna “Vila do Corpus” 6 horas: 13 Julio, 2019

Autor Tema: [2019] III Edición Carrera Nocturna “Vila do Corpus” 6 horas Ponteareas  (Leído 6332 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

01 Agosto, 2019, 10:54:33 am
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III Edición Carrera Nocturna “Vila do Corpus” 6 horas Ponteareas

Sábado, 13 de Julio de 2019
Hora: 20:00
Pais: ESPAÑA
Provincia: PONTEVEDRA
Población: PONTEAREAS
Lugar de la salida:  Centro Ponteareas
Lugar de la meta: Centro Ponteareas
Distancia: Otros
Web oficial: https://eventos.emesports.es/inscripcion/informacion.php?id=9168&lang=es
Cuota de inscripción: 18 € individual y 15€ para cada miembro en los relevos
Enlace a inscripciones:
Otros datos de interés: Prueba de 6 horas. Se puede hacer individual o por relevos (de 3 a 6 por equipo), Los relevos se suelen hacer cada vuelta (1 km) por lo que es un tipo de carrera muy distinta para los que hacen esa modalidad.
Limitado a 35 corredores en la prueba individual y 45 equipos para la modalidad de relevo. Más info y seguimiento en: https://www.facebook.com/6horasviladocorpus/
« Última modificación: 01 Agosto, 2019, 18:01:41 pm por Julián11 »
01 Agosto, 2019, 10:55:58 am
Respuesta #1
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Otra prueba que no había abierto hilo.
Si es que no me da tiempo para nada, entre hacer la prueba y la crónica, sólo me queda tiempo para trabajar.
Pues por aquí dejo la crónica, que muy corta no va a ser.
01 Agosto, 2019, 11:13:54 am
Respuesta #2
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6 horas nocturnas de Ponteareas. Toca 6 días después de Jaén, además pasamos de domingo a miércoles en Sevilla, con lo cual el primer día que puedo entrenar que sería el miércoles (según mi valoración personal, dos días de descanso son mínimos, o casi), pero entre checkout del hotel y viaje de vuelta no entreno, sí lo hago el jueves por la mañana, en spinning, pero tampoco por la tarde. Tengo bastante jorobado un pie, con una herida en un dedo que me debió rozar mucho con otro (por montarse, supongo, sobre todo). El viernes por la mañana ya viajamos a Ponteareas (Chamartín a Orense y desde allí bus a Ponteareas). Esta vez es la primera que no voy solo. Ana y Rubén, el “pequeño” (el menor de los 3 hijos, mejor dicho), también vienen.

Y le pido a Fran (cabeza más visible de la organización) ayuda por si puede localizarme algún podólogo que me cure el dedo del pie. No tenemos mucha suerte. Al final opto por ir al gimnasio un par de horas por la tarde a hacer la bici de spinning que no pude hacer la tarde antes, quitar algo de grasa e ir cargando aguante, que para el spinning que hago, es un entreno de lo que me toca hacer luego en las pruebas, al menos ha sido un buen esfuerzo. Luego voy a recoger el dorsal, tengo la suerte de que la mayoría me reconoce y me saludan siempre muy bien.

A la mañana siguiente Fran me indica un centro médico donde lo pueden mirar, aunque podólogo no ha podido encontrar ninguno en sábado. Ya allí (tengo la suerte que me lo cubre el seguro particular, tal vez no habría ido de no tenerlo) me atiende Eva, le explico que lo más importante sería proteger los dedos de los pies. Con mis pobres indicaciones de cómo me los vendaban, me hace un vendaje (los 3 centrales de cada pie), además de tratar de proteger de roces la herida de uno de ellos, para que no noten el probable impacto. Se tira un buen rato, y le quedo muy agradecido. Llego al hotel y como, más tarde de lo que querría (se me ha hecho tarde con los pobres dedos). Y a descansar hasta casi la hora de la prueba, las 8 de la tarde.

Al final parece que a partir de las 6 llueve algo, finalmente salgo con mis acompañantes, y está lloviendo, poco, pero lloviendo. Llego a la zona de salida. Fran y todos los voluntarios de la organización están preocupados, no contaban con la lluvia y es un palo fuerte. Por los que participamos no es un gran problema, pero simplemente los de relevos que no estén corriendo no tienen ninguna protección y eso sí es peor. Normalmente están en un montón de mesas que les tiene preparada la organización es la misma plaza de salida meta, con lo cual están al pie de carrera y además descansar y ver cómo les va a sus compañeros y al resto. Yo no sé cómo me responderá el pie, además tengo algo de miedo a resbalar, por ello en parte usaré las New Balance 1500, la suela está muy nueva (sólo había hecho algún entreno con ella) y resbalará menos que la que he estado usando todo el año). No quiero salir demasiado fuerte (para mi nivel, quiero decir), pues el año pasado me explotó el isquio a los 10 minutos y fue un trago el resto de la prueba.

Se da la salida, está lloviendo, aunque creo que en hora y algo o menos dejará de hacerlo. También lo siento por Ana, que ya le dije haga lo que crea y esté por donde le parezca, que al haber bastantes bares también hay bastantes puntos de resguardo. No es una lluvia fuerte, pero eso no es tan fácil de explicárselo a quien no quiere mojarse nada de nada (y deben ser bastantes). Durante la primera vuelta todo son pasadas de corredores. Creo que hay 55 equipos de relevos, más 32 participantes en la carrera individual. No sé si están incluidos en esos números, también hay algún equipo de síndrome de Down, formado por chicos y chicas jóvenes, aunque aún no han salido. De la competición individual quedo casi atrás de todo, sólo otro corredor y dos chicas (que ya veo, que en 2-3 vueltas me pasarán) van por detrás.

En alguna zona del circuito he de vigilar porque las baldosas son más resbaladizas, no me preocupa lo que me mojo, me sabe mal por los equipos de relevos y la organización porque es un palo, espero que pare pronto. Está Iván Penalba en un equipo de relevos, aunque en lugar de relevos cada vuelta, da varias seguidas. Como siempre el tramo que pasamos por la plaza mayor es el más animado, pues además de los equipos de relevos, en las terrazas (con toldos) hay gente viendo la prueba, de hecho en la primera vuelta varios debían conocerme de otras ediciones, pues se levantaron al verme a celebrar que volvía a participar (eso que digo yo, que no se sabe si doy espectáculo, o el espectáculo). Las 5 primeras vueltas (5 km) las paso en muy poco más de 30 minutos, he de construir colchón, que luego vendrán duras, y ya estaré maduro yo.

En cabeza de la individual va como los dos años anteriores Marcos Groba (del Taninos Ponteareas, que como equipo local tiene además de un par de individuales varios equipos de relevos), que suele hacer 77-79 vueltas en total. No sé en qué momento, pero ya deja de llover, creo que aún se pueden arreglar los de los relevos. En muchos pasos recibo ánimos de muchos de ellos, tanto los que están descansando, como los que están pasada la meta, esperando a coger el relevo de un compañero). No voy especialmente mal, pero mi tripa es omnipresente a cada paso, la noto lo suyo. Y queda un mundo. Voy haciendo el cuento de la lechera un poco, aunque eso me va a pasar durante todas las horas (mis cuentas son un poco más realista o pesimista que la del cuento). Trato de apañar ritmo, aunque ya veo que va ralentizándose en el reloj.

Por si no lo he dicho, en la salida giramos a la izquierda, una calle nos lleva a la plaza de la iglesia (no sé si se llama así, pero la hay), que pasamos por el lateral y vamos a la calle más estrecha, que hacemos en ida y vuelta, regreso a la plaza de la iglesia, y la rodeamos para coger otra calle paralela a la primera mencionada que nos lleva a la plaza mayor, allí la bordeamos, sólo dejando los edificios (con sus bares y terrazas) a nuestra derecha, allí antes de que se acabe la plaza giramos a la izquierda (todo el giro más los 15 metros anteriores y posteriores están ocupados a nuestra izquierda por las mesas de los corredores de relevos), todo vallado, claro para llegar a meta y otra vuelta. No sé si he dado una idea, pero es así, y cada tramo del circuito tiene para mí un ritmo distinto, según si se sube y baja, curvea, hay avituallamientos, es más estrecho, si hay curva en la que estar pendiente de que me pasen o si es el momento de la suerte de disfrutar de los ánimos del público).

10 vueltas en 1h03m y algo. Ni tan mal ni tan bien, todo por hacer. Queda un montón, montón. De momento a seguir tirando, que mucho queda. El speaker anima continuamente el paso de los corredores, y bastante a menudo me anima pidiendo un aplauso para mí. soy tímido y cortado (aunque soy más de café americano) y lo agradezco con timidez, porque además más de una vez no estoy seguro que sean para mí los ánimos y aplausos. La zona del relevo de corredores tengo los sentidos muy abiertos (todos no, no se alarmen), pues muchos corredores llegan al sprint, y el nuevo relevista sale a muerte (y eso que tienen curva de 90 grados en menos de 15 metros). Sí que al final de donde relevan y en el exterior de esa curva de 90 grados hay público y voluntarios que me animan prácticamente todas las vueltas. Nada más salir de esa curva (a la que suele entrar uno bastante por la derecha (donde además hay sillas, donde los corredores de la individual hemos dejado nuestras cosas, por si hay que coger algo, pararse a descansar o lo que se tercie), está la mesa de avituallamientos (unos 20 metros después de la curva). En una prueba de 6 horas, en la que en teoría no debería parar nunca (sé lo que me puede costar arrancar luego), los ánimos ayudan a eso, a no parar, a o venirte abajo, a no decir, basta, ya he hecho bastantes km. A seguir y a seguir. Además si aguanto sé que gano bastantes puestos, porque luego otros si paran a descansar, o cuando han hecho una serie de km u horas.

Al haber dejado de llover sí han estado los chavales y chavalas con síndrome de Down haciendo relevos, he procurado animarles cada vez que me pasaba con alguno, o que nos cruzáramos, por su nombre en cuanto oía a alguien que les hablaba mencionándolo). Ellos están muy emocionados compitiendo, y que disfruten de la carrera como los demás (porque no tienen por qué ser menos) está muy, pero que muy bien. Se repetirá Fran, se tiene que normalizar.
Al entrar en la calle que lleva desde plaza de la iglesia a la Mayor, siempre hay a la derecha en la escalera de un portal sentados varias personas (mujer y algún peque la mayoría de veces), que animan a todos los corredores, pero cuando paso yo suben mucho los decibelios, y me sienta muy bien, trato de agradecerlo siempre con pulgar y sonrisa.

2h11m en la vuelta 20, y ya estoy yendo a 7 minutos la vuelta. Me he quedado un poco mal, que no haya reloj de meta como otros años (me suena estaba al lado derecho en el arco de meta), pues así leo mucho mejor mi parcial y ritmos, supongo no lo habrán puesto por la lluvia. Lo mejor con diferencia está siendo la falta de sufrimiento en los dedos del pie, no están chocando, y eso, ya es mucho. No sé cómo lo hago, pero todo el mundo piensa que mis hándicaps son el hacerlo marchando o el hacer muchas pruebas. La de veces que me vengo abajo, ya sea por problemas personales (de trabajo generalmente, mi mujer e hijos son medio santos, medio mártires), decepcionado por mis tiempos (que generalmente vienen de las tremendas alforjas con las que me presento en cada salida por no haber entrenado lo que querría), o los problemas físicos, especialmente en los pies (tengo la suerte de resistir mejor de lo que esperaba con la espalda, que con la vértebra rota y la operación, tantas cosas me imposibilitaba hacer), que tienen que aguantar lo que no está escrito, sobre todo los dedos, pero también el tener que adaptarse a las zapas que les ponga (y suerte tengo que las New Balance les han dado bastante vidilla).

Bueno, no sé si esto va a parecer un culebrón en el que se busca que salten las lágrimas o una tragicomedia como la de Calixto y Melibea (esto no lo he metido con calzador, porque el calzador ya se me rompió de tanto hacer que cupiese el pie en las zapas). Pues iba diciendo yo un montón de letras atrás, que había pasado la vuelta 20. Y ya se hace de noche (es el norte, anochece más tarde en verano), lo que cambia es que mi vista de lince invidente se las va a  ver en apuros cada vez que quiera consultar el tiempo que llevo o las pulsaciones, con la luz diurna me manejo mejor, a oscuras, aunque encienda la luz del M400 lo llevo peor. Al menos estoy en esa hora, la tercera, que en cuanto acabe ya empiezo a restar tiempo. Eso suena bien, pero ya he tenido dos de esos ramalazos de pararme y casi ni me atrevo a asegurarme a mí mismo que acabaré la prueba. Al menos mientras sigo llevaré más km, más tiempo. Eso sí, los pasos por la plaza Mayor son muy buenos, salvo el castigo continuo del ser humano que pone la “ música” o como le llame a lo que está haciendo. Para mí que es el alcalde Villaabajo, y se cree que estos son los que le han ganado de Villaarriba y ha venido a vengarse. Que crueldad. No suena Despacito, pero yo creo que está la discografía completa de los familiares del que cantaba ese despacito. Menos mal que no se da cuenta la policía local de las miradas que le echaba en cada vuelta, porque no me habrían dejado acabar la prueba.

En una de las vueltas pillo a todos los chicos con síndrome de Down que han hecho el relevo, se están yendo, pero con la sonrisa y alegría en sus caras, de lo bien que lo han pasado. Les animo y aplaudo al pasar, y ellos me echan una oleada de aplausos y ánimos. Al final me voy a quedar yo aún más contento que ellos, con ese trato.

Con todo eso, llegado al km 30 prácticamente en cada vuelta el speaker me anima y pide ánimos para mí. No recuerdo en qué tiempo cumplí la vuelta 30, cuando paso por la zona de relevos (por si no dije, los hacen nada más pasar el arco de meta) tengo mucha vergüenza, agradezco como con timidez (porque además ya comenté que en ocasiones no sé si son por mí o unos sí y otros no), y no me parece bien mirar el crono en una zona de tanto follón, la paso muy, muy alerta de los cambios de relevos que me lleguen por detrás. El señor de la música sigue a lo suyo, haciendo más duro el recorrido. Y ya empieza a escocer más cuando te pasa un relevista, llevas bastante castigo y ellos salen fuertes y frescos. El clima se ha quedado decente en cuanto a lluvia, humedad tenemos casi toda la prueba por encima del 90% (igual sirve para mejor excusa de peores marcas). Los dedos del pie me respetan y eso ya es mucho. Ana y Rubén han variado mucho las zonas del circuito por donde están cada uno, verles y sus ánimos también me ayudan. En el final de tercera hora e inicio de la cuarta tengo dudas de si llevo 30 y algo o una más. Me he despistado y se me ha ido la cuenta. Soy incapaz de asegurarlo y me sabe mal, pues llevo la cuenta muy bien (me ayudaba más cuando estaba el reloj de meta).

De la cuarta a la quinta hora es un suplicio para mí, normalmente es el arreón final de un maratón, pero en las 6 horas, vayas como vayas, te queda una hora completita, parece el discurso de un  político en el poder, no se acaba nunca. Pero al menos no me he bajado del caballo (o del burro, todo depende del lirismo con que se mire). Sé que voy por encima de 7 por vuelta, pero creo que con el seguro del caso de llegar a las 5h59m con 49 vueltas, podré completar la 50. También es verdad que no me gusta renunciar a nada, y espero llegar con 50 o si hay suerte 51 para poder completar la 52 (eso si con las cuentas que llevo estoy en la opción de vuelta menos, cada vez no sé si llevo 33 o 34, 34 o 35, 35 o 36 y así). Sigo en la pelea, suponiendo que recupero algún puesto, pues al paso de las sillas (antes de pasar por las sillas, recibo siempre los ánimos del speaker, corredores de relevos, algún chaval en un hueco esquina que hay a mi izquierda, nada más pasar los relevistas, y del bar con terraza que hay a la derecha, además del público y voluntarios que hay en el exterior de esa curva, eso hace nudo por dentro, y hace que no salten las ganas de parar, aunque sí de soltar otros líquidos) veo algún corredor descansando, o cogiendo cosas de sus bolsas, no tengo que parar, pues las ganas que pudiera llevar en la mochila ya las saqué todas antes de las 8 de la tarde. Tengo que sacar excusas para no parar ni aflojar en ningún momento. A Daniel (Fernández) le recupero vueltas mientras anda, pues creo que parar, él no lo hace en ningún momento. También imagino que alguno después de 3 o 4 horas o 30 o 40 km ha parado definitivamente (supongo que por ser ese su plan).

En eso estamos, además de los ánimos de Ana y Rubén que valen su peso (el de los ánimos, no el de ellos, que envidia me dan de lo poco que pesan) en adrenalina. Fran, el organizador en mando, me ofrece un vaso de cerveza en una vuelta. Considero que no debo beber un vaso de cerveza durante la prueba, por supuesto, pero un par de tragos no hay quien me los quite, así que freno para devolverle el resto. En la siguiente vuelta me dice que ya veré como tengo más cerveza durante esa vuelta, eso fue un "palabra censurada" spoiler, para nada (después de la carrera se lo dije y se sorprendió, aunque se calmó por cómo lo solucioné), así que después de otra vuelta, y sabiendo que Ana estaba cerca de donde la ponían, le pedí vaso de cerveza (así por cada vaso bebía dos o tres vueltas varios sorbos). Y con tanto asunto me presento ya a la vuelta 39 o 40 (qué horror de dudas, cómo me gustaría saberlo con certeza.

Sí, creo más posible que sea la 39. Pero voy a tener un aliado, un mal aliado, al pasar por meta, el speaker, que debe llevar como 10 vueltas animándome personalmente en todas, e implicando a público y relevistas de la zona en ello, para ensalzar mi labor dice que llevo 35 vueltas (no tengo emoticono de Julián llorando, de tenerlo lo pondría aquí), ante mi cara de asombro (como si me dijeran que jamás ha existido un político corrupto, bueno, esa habría sido más de escuchar un chiste), dice que con la que completo son 36. Me alejo  diciendo que no con la mano, pero me hundo entre bastante y mucho. Sí, ya sé que llevo 39 (o 40), pero con lo que me han costado, que estén contadas 3 o 4 menos (es que ni 38 admito, sin duda alguna) es una puñalada deportiva (además de menos recaudación por km hecho), no entiendo si es que se ha equivocado el speaker o es que funciona mal mi chip (vamos todos con chip), así que en esa vuelta me vengo abajo moralmente. Supongo que el que me desmoralice de esa manera no tiene sentido, después del esfuerzo que pongo en la prueba, pero soy como soy para todo, para lo bueno, para lo malo y para lo peor. Espero a la siguiente vuelta confirmación o corrección, ando en vilo con ello. Recuerdo que varias vueltas antes habían mencionado que iba décimo, y pensé que debía ser imposible (una cosa es que gane puestos en las últimas dos horas y otra entrar en ellas décimo), con lo que se me hace más incomprensible todo.

Pero a la siguiente vuelta, es casi peor, el speaker, sea casualidad o no, no está ni mirando cuando paso, hago hacia donde está el gesto del Var (a ver si así con un poco de guasilla, lo miran y comprueban seriamente), pero me temo que nada, pues a la siguiente vuelta tampoco. Supongo que debe darme vergüenza reconocerlo, pero la sonrisa se me ha caído de la cara, estoy muy hundido moralmente. Serán varias vueltas que ya no oiga que me mencionan (también es posible que mis oídos se hayan cerrado al paso por meta, la musicaza que suena invita a ello). Aunque lo ponga rápido, las vueltas me pasan lentas, y la comida de coco también (si tuvieran un medidor de comida de tarro, igual sí hacía puesto de podio). Trato de recomponer mis cálculos de lo que llevo realmente. Aunque tengo la duda de una vuelta, sé que no me voy a descontar ninguna más hasta meta. Aceptaré para llevarlas mejor, que entre las dos que dudo, cuento la opción menor (que probablemente sea la correcta, pongamos que en un 80%, así que no es valoración a la baja, sino a lo más que probablemente sea correcto). Me cuestan muchos tramos, pero la verdad es que cada paso por la plaza, público, voluntarios y corredores que están en el área de descanso del relevo me elevan la moral y la autoestima (y eso me ayuda mucho en esos malos momentos que me fabrico). Sólo me desahogo con Ana y Rubén (que además casi siempre me pregunta uno donde está el otro, aunque luego no se busquen), otro defecto mío, el desahogarme de lo que a mí me parece injusto.

Pues nada, con la tontería entro en la última hora, y sé que llevo mal el timing para apurar una hora más. Antes de completar la vuelta 43, al entrar en la plaza llevo casi 5h02m y si debo estar haciendo la vuelta a 7m30s o más (sí, no muy rápido, lo sé, aunque a pesar de eso sigo desdoblando vueltas a los que andan o descansan o ya pararon), no me va a dar para hacer 50, aunque probablemente 50 sí, al cumplirse las 6 horas. En eso también supongo soy distinto del resto, no me conformo con no haber parado (creo que muy pocos no han debido parar, en mi caso, este año ni a hacer un pis), tengo que bajar a los 7 minutos por vuelta, pero que es fácil de decir, y no tanto de hacer después de 5 horas. Calor, creo que no hace mucho, humedad sé que sí (la verdad, como mis conocimientos sobre la humedad son dignos de mis notas en filosofía –no aprobaba ni copiando- no sé si puedo excusarme en ese 90 y pico por ciento, si me afecta o no). eso sí, a cada vuelta por la plaza Mayor, el nivel de los ánimos hace que me embargue la emoción (espero que no mis propiedades, que ya por cómo va el negocio me puede pasar cualquier día). Así que yendo hecho polvo mi cara se parece a la del año pasado, por un lado el dolor físico me llevaba entre sufrimientos, pero intentaba hacer 100 gramos de mueca de agradecimiento. No sé si alguien que haya llegado a este punto dejará ya de leer, ¡qué agobio! Vaya sufrimiento!!! No, si te has molestado en seguir hasta aquí sigue, o no sabrás todo lo que pasó o viví esa noche, entiendo no te leas la crónica, sería como dejar de ver la Guerra de las Galaxias cuando caen en la trituradora después de rescatar a la princesa Leia.

Y así llego a la entrada de la plaza Mayor (supongo que debo tardar 1m15s o 1m30s de ahí al paso por meta) con casi 5h16m y cerca de completar la vuelta 45 (o 46, pero sólo hago números pensando en que sea la 45). Recuerdo, que si miro ahí el crono, es porque hay bastante luz, y encendiendo el reloj estoy cerca de verlo correctamente. Muchos ánimos, todo el mundo debe saber que la sexta hora se hace más dura y me animan a aguantar, y yo trato de mejorar ritmo, o me quedo sin la vuelta 52 (con la extra ya descarto que haga menos de 51). Hasta me anima una chica speaker (recuerdo que eran dos los años anteriores, pero antes siempre hablaba el chico, al menos a mi paso). Me cuesta mucho, no sólo es seguir aguantando, sino hacerlo a mayor ritmo que las últimas dos horas, pero sé por las ediciones anteriores, que esos ánimos me han dado las fuerzas para hacerlo. En los avituallamientos, al no sentir tanto calor, cogía botella cada dos vueltas, y y la dejaba luego en grandes maceteros a medio beber, para liquidarla en la vuelta que no cogía. No he tenido ningún problema, eso y creo que 5 o 6 geles al final (me parece que me salté uno cuando me enteré que llevaba menos vueltas contabilizadas). Es cierto que me tomo eso de la cantidad de vueltas que me han contado muy a pecho, supongo que porque nadie como yo sabe lo mucho que me cuesta hacer el máximo posible. Sea cual sea mi calidad, aquí vengo a hacer el máximo posible que mi cuerpo pueda completar en el día D.

La vuelta 46. Entro en la plaza sobre 5h22m y pico (no, no puedo ver el pico, mi vista hace mucho que no es ni la sombra de ojos de que fue). Bastante al límite, porque esto de ir a pleno esfuerza y esprintar la última hora me resulta complicado. Es un honor la vuelta a la plaza, porque todo el mundo está ya saboreando que falta poco para acabar, y hasta animando echan el resto (también es posible que piensen que llevo mucho esfuerzo acumulado, y me echan un aliento para que siga lo a tope que pueda). Lo bueno de esta vuelta es que veo que puedo llegar a conseguir bajar de 6 horas al paso de la vuelta 51 si mantengo esta intensidad, lo malo es que no sé cómo aguantar esta intensidad. Salgo de la plaza emocionado (sin dejar de estar hecho polvo, por el asunto de las vueltas que comentó el speaker). Ana me recuerda que ya falta poco, y que no es mucho rato más lo que me queda, ya le he explicado que voy en pos de recuperar crono para dar una vuelta más. Rubén también me suelta ánimos (pobre, seguro que está deseando planchar sábanas ya, aunque ha podido cenar bocata de bacon con algo, “a pie de pista”, y eso le viene muy bien para lo suyo). Pues sufriendo, porque no cedo en intensidad, y eso cuesta mucho. Debo pasar por meta sobre 5h31m y poco, me ha costado mucho y veo que no creo pueda aguantar sobre forzando el ritmo media hora más.

Pero como en la vuelta anterior, los ánimos que agradezco insisten en mi interior que seguro que puedo. No sé cómo se puede explicar estar a la vez mal moralmente por lo de mis vueltas y reforzado moralmente, por el apoyo de todo el mundo (supongo que nadie sabe de mi comida de coco con las vueltas). También el cuento de la lechera me echa una mano, pues pienso que me quedarán 20 pocos minutos la próxima vez que aparezca en la plaza y un cuartillo de hora en la siguiente vuelta, y que el resto ya se hace de carrerilla (que sé que es mentira podrida). Aprieto el ritmo, sigo doblando (o desdoblando) vueltas con algún corredor de la individual, y voy con toda la fuerza que puedo. Sé que voy más rápido que hace una hora, pero no sé si eso es suficiente. Voy forzándome por tramos, no hago caso de la velocidad a la que van muchos de los relevos porque me hundiría en la miseria (y no me apetece pensar en temas económicos durante la prueba). Recibo en carrera ánimos de muchos relevistas (yo he estado animando casi toda la carrera cuando me doblaban, aunque al quedar a su espalda no sé lo que me habrán oído, sólo fallé algunos de esos momentos en que me quedo extra enmimismado en las cosas que me flotaban por la cabeza), y eso ayuda al esfuerzo en las zonas más solitarias del circuito.

Con 5h37m estoy a mitad del recorrido, así que creo que esta vuelta ha ido bien. La animación no me pone los pelos de punta, porque me echo agua en la cabeza todas las vueltas, pero sí que me emociona mucho, se nota en cada vuelta que va a más. Incluso algunos que me animaban desde las mesas de las terrazas se ponen en pie para colaborar en que no ceda en el esfuerzo. Paso por meta con la speaker animando y todos los corredores aplaudiendo mucho. En la próxima quedará un cuarto de hora no más, si hay suerte.

Otra vuelta igual, Héctor, otro corredor de la individual me ha animado en todos los cruces, y ahora igual (me he animado con otros corredores de la individual, mutuamente, pero a casi ninguno lo conozco directamente), pues nos queda muy poco para cumplir ya con la prueba. Creo que consigo no bajar ritmo, pues me re-esprinto cada vez que puedo. Llego ya a la plaza con 5h43m y mucho, y creo que ya voy a cubrir en las 5h45m sin segundos extras, mejor porque voy bastante reventado. Recibo bastantes ánimos como si llegara a meta, cuando mi intención es hacer 3 vueltas más. Ayudan mucho, todo el mundo está pendiente de darnos los últimos ánimos. Muchos de los corredores que están en la zona de descanso de los relevos están de pie dando todo su ánimo (no lo he comentado, pero en las mesas más cercanas a por donde pasamos los corredores no deberían permitir que hubiese cerveza, ya bastante duro es pelear 6 horas de carrera, para encima hacerlo con envidia , muy cochina, por cierto). Ayuda bastante, pue además de oír sus ánimos ahoga el sonido de la “música”. Paso por meta, un lujo de ánimos, menos mal que al girar, ya no me ven los efectos de la emoción (no sé si me los ven cuando cojo agua), que además en esta ocasión será la última, pues la dejaré en el macetero para la última de pleno esfuerzo.

Durante esta vuelta (que además será la 50 en mi cuenta a la baja), el esfuerzo va bien porque me veo llegando con tiempo por debajo de 5h52m30s. Allá donde hay alguien recibimos muchos más ánimos, son sólo unos minutos más de esfuerzo, de ponerlo todo, todo, en mi caso, y llego a la plaza con 5h50m y pico y veo que sí, que voy a estar con tiempo para hacerlo. Pero en teoría, porque no me veo aguantando el ritmo, los ánimos son brutales, como si ya llegara a meta. Ana me dice que es un esfuerzo más, le digo que me quedan dos vueltas, y me dice que lo sabe (le había contado mi forma de calcular para esta prueba). La curva de la plaza para ir a meta resulta espectacular, yo creo que no debe haber nadie sentado en sillas, ni de relevos ni de los bares, todos animando. En algún momento sufro al mirar el reloj porque no veo bien, pero diría que he cumplido el km 50 (que para mí es importante haber llegado a 50 en menos de 6 horas, porque sé que ahora mismo no valgo bajar de 6 horas en un 50). EL paso por meta es muy emocionante, , relevistas, algunos chicos, que están en un hueco y animan y aplauden, mucha gente desde la terraza del bar pegado a meta. Y a sufrir en la última vuelta, que la empiezo extra emocionado con tensión máxima, temo no ser capaz de aguantar el ritmo, la ventaja es que ahora hasta tengo pequeño colchón si empeoro el ritmo. No quiero fiarme.

Así que intento forzar el ritmo (eso sirve muchas veces para no ir a peor, que ya es algo), llego a la plaza de la iglesia, empiezo la calle de ida y vuelta y sé que cuando haya acabado eso, el resto de lo que queda será pan comido. Bajando en la ida no miro, porque sé que no veré, acabando la vuelta en subida sí miro (subiendo es más fácil ver, porque la velocidad es menor), ahora ya no recuerdo qué marca, pero sí sé que me pareció muy bien, ya en la plaza aprovecho la bajada para entrar en la calle que lleva a la plaza Mayor, estoy seguro de que voy en tiempo de sobra, pero no me fío ni de mis cálculos (ni mucho menos de mi ojo de mal cubero, que nunca he sabido lo que significa, pero debe ser lo contrario de buen cubero, que tampoco he sabido nunca que quiere decir). Y llego a la plaza.

5h57m y pico (como para ver los segundos), hay mucho ruido, pero por donde llego el ruido aumenta y las terrazas de la derecha me da la sensación que se levantan enteras a animar, decir que voy emocionado, es quedarse corto, paso por al lado de 5 corredores de la individual del club Sprinters Ourense, que supongo están quedando para hacer la entrada a meta juntos, como hacen los equipos de relevos (debemos ser muy pocos de la individual los que lo hacemos por libre, pues varios ya dejaron de dar vueltas, y otros entran en grupo o pareja), la vuelta es tremenda, porque además me parece que todos deben pensar que me pararé cuando llegue, temo que a medio camino suene la bocina de las 6 horas (pasaría si cuando vi 5h57m, fuesen 59), la curva por donde están los corredores, en ese sitio alguien que se levanta al verme pasar me califica de león (de bien, claro, me ha sonado a gloria), aparte de agradecerlo, imagino que al señor de la música se le cae por accidente Lion Sleeps tonight de The Tokens y me la ponen en esa vuelta o la siguiente para mayor disfrute (al fin y al cabo soñar es una de las pocas cosas gratis que tenemos los autónomos). Y con la rectilla a meta de nuevo, son muy emocionantes estos últimos pasos, y van in crescendo a cada vuelta de las finales (sí, ya sé que he dicho lo de emocionante varias veces, pero es que se repite la situación aunque cada vez con más intensidad), la speaker me menciona (no estoy seguro si dice que llego ya), pero cruzo la línea de meta sin aflojar y sabiendo que voy a tener la vuelta 52 (por una vez diré algo a mi favor, me la he ganado), en menos de 5h59m he pasado por meta (para mí es mucho, y ni importa que hiciera 55 vueltas hace dos años o 54 el pasado, este sabía que mi límite y si todo iba bien, eran 50). Ya ha llegado algún corredor o equipo que ha parado, los aplausos y ánimos no los tengo grabados en audio, por desgracia, espero que sigan sonando en mi interior mucho tiempo.

Doy la curva emocionado, y también ya roto, me adelantan algunos relevistas que se han debido pegar un buen calentón para pasar en menos de 6 horas (obviamente con muchas más vueltas y más frescura). En esta vuelta no tiene importancia el tiempo extra (no se trata de llegar el lunes a meta tampoco), a pesar de lo cansado, creo que el ritmo sólo ha aflojado un poco, cuando estoy llegando a la plaza de la iglesia bastante roto emocionalmente oigo la bocina sonar y el ritmo  ahí ya se muere del todo, no me quedan energías para aguantar ningún ritmo ni medio decente, pero no me importa, para completar la vuelta tengo de sobras. En la bajada de la calle de ida y vuelta me pasan ya los últimos que han iniciado vuelta detrás de mí. No me importa, estoy saboreando el castigo que me he dado para poder hacer esta vuelta, la número 52 (o la 53, supongo que nunca lo sabré). La subida de vuelta es lenta, atravesar la plaza también, intento mejorar algo el ritmo, pues con el cachondeo de gastar todas mis fuerzas voy a entrar el último con diferencia (que no quiere decir que haya quedado último), al llegar a la plaza mi recuerdo es todo el ruido, ánimo y aplausos de las otras vueltas, pero multiplicado y concentrado, creo que hasta choco manos de los que están sobre la valla en las terrazas de los bares. La curva, también es tremenda y ya afrontar la recta bufff. Como no queda nadie por llegar, todos pendientes de mí (seguramente para poder ir ya a recibir premios los que se lo hayan ganado, jeje), como yo no sé dónde meterme en momentos así, trato de seguir recto, la ovación me viene como los golpes a Rocky, por todos los lados, trato de poner cara de agradecimiento (debo parecer el joker de Batman) y y trato de aplaudir a ambos lados, me cuesta un poco hacerlo a los dos lados a la vez, porque sólo tengo 2 manos y necesitaría 4, así que lo hago por turnos, espero no quedara mal. Y y entro en meta.

No sé en qué tiempo entro, porque luego veo que no había parado bien el reloj, pero calculo que en 6h08m (más de 9 en la última vuelta, 9m05s que lo sabré días después). Creo que me dicen muchas cosas y supongo que debo levantar el pulgar o algo así, estoy muy emocionado y la tensión ha sido mayor incluso que en otras pruebas, no sé si me entero de todo, mi cabeza sigue comiéndose el coco. Avanzo un poco más y donde casi no hay corredores (se empiezan a ir a donde están los podios, creo) me apoyo sobre la valla y trato de soltar toda la tensión acumulada, creo que lo que debe oírse es una mezcla de bufidos y quejidos, ya no tengo prisa (aunque quiero enterarme qué coñe ha pasado con mis tiempos). No sé si estoy un minuto así, se me acercan al menos dos chicas, preguntando si estoy bien (debo tener pinta de que no, pero prefiero recuperarme ahí que irme hasta la silla de la mochila). Llegan Ana y Ruben, me preguntan si estoy bien (sé que Ana ya sabe que en meta hago esto a menudo para recuperarme del esfuerzo y de la tensión), me giro (estaba con la cabeza inclinada sobre la valla) e intento sentarme en el suelo, no es fáci,l y menos cuando lo consigo apoyando la espalda en la valla.

Con Ana me desahogo un poco y cuando consigo apoyarme les pido si me traen la mochila (está a 20 metros de mi posición), para poder ponerme las chanclas. Los dedos del pie han aguantado bien (gracias Eva por la ayuda en la clínica y gracias Fran por ayudarme a buscarla), me las traen y Ana me quita las zapas, yo no puedo, las piernas me impiden un acercamiento. Sigo recuperando y me vienen un par de chicas por separado, muy amables y preocupadas por mí. N recuerdo si es una de ellas o Ana (creo que Ana) que le pido ir a preguntar cuántas vueltas he hecho, a ver si por casualidad tienen la cuenta bien y me dicen 52 o 53 en lugar de 49 (las 3 o 4 menos que me habían cantado), y cuando viene me dice como si fuera una cifra estupenda 45. Había llegado jodido, pero ahí ya me quedo muerto, flipo mucho, ponerme a decir que yo he hecho más vueltas parece pueril, una forma de intentar apropiarme de lo que no he hecho.

Y es entonces cuando me dicen algo que lo cambia todo. No es mi caso, es el de todos, los que llevaban el cronometraje (que no es la organización, claro), han tenido fallos con los chips (y aún peor con los de los relevos). La explicación que dan, no la entiendo, pues dicen que han fallado al principio y no han contabilizado vueltas, en ese caso, tampoco debían ignorar las que habíamos hecho, pero es que en mis últimas 13 vueltas han contabilizado 9, eso no sería posible si sólo hubiera fallado al principio. Es cierto que había un chico sentado justo antes del arco, que me dicen las contaba también, me cuesta creerlo, porque seguro que había momentos que se hacía imposible. No, no me alegro de que haya habido ese fallo, pero ya no me siento mal, porque no tengo que justificar nada, ha sido un error para todos, igual no tiene sentido cómo lo veo yo. Cuando hay un fallo general, todos debemos comprenderlo, cuando es contigo solo, parece una pataleta si te quejas (¿por qué tendría que ser mi chip el único que falla? Nadie se lo va a creer, que cuento las vueltas mirando el arco de meta en cada paso –y no llevo las gafas de leer de cerca-). Sigo con sorpresa, pero más relajado (o mejor dicho consiguiendo irme relajando).

Una de las chicas que se preocupa me dice si me trae algo de beber un zumo, de naranja o lo que sea. Se lo agradezco, y le pido si puede ser de cebada, se ríe y es tan buena que me lo trae (se lo agradezco mucho, me sabe a gloria). Se acercan también los de protección civil (creo, como a todo le llamo Samur, que entiendo es lo mismo, pero de Madrid), a preocuparse por mí, y cómo soy de piñón fijo, cuándo me preguntan cómo estoy y cómo me siento, les digo que jodido por lo de las vueltas (ya, ya lo sé que no tengo remedio), suerte que está Ana que está en trigésimo curso de traducción Julián-mundo y mundo-Julián, y consigue traducirles mis palabras (la verdad es que tira de repertorio), les dice que tranquilos, que estoy bien, muy cansado porque siempre llego así, y que tengo este tipo de comentarios a mano, a pesar del momento. Por detrás se me acerca un chico, que trabaja en el bar que queda a mi espalda, entiendo que se ha hinchado a verme pasar, me dice que lo que sea que lo que haga falta que lo diga que me lo trae (sin cobrar nada, eso lo deja claro). ¿No me voy a volver a emocionar?, si es que no dejan que me recupere de tantas emociones. el más bonito piropo que le pueden decir a uno en un bar (un sueño hecho realidad), se lo agradezco un montón, pero le digo que no, porque ya tengo cerveza de la que me han traído (ya ha ido Ana por otro vaso), lo malo es que cuando lo trae no está tan fría como suelo usar, así que le digo al chico que aunque tengo cerveza me iría bien si pudiera darme algo de hielo para enfriarla porque me gusta muy fría. Y lo que hace es volver con una caña que me sabe mejor que una devolución de Hacienda. No sé cómo agradecerle el detalle. Gran honor  que me hace sentir. Hay dos o tres chavalines pequeños que se han acercado, me felicitan, me parece y también creo que me miran raro, alguna tontería e broma les digo, para que suelten una sonrisa, o media 8no les digo que me da más vergüenza a mí que a ellos).

Mientras hablo también con los chicos de protección civil, que afortunadamente no han tenido trabajo, después de ver que no me pasa nada y de hablar un poco conmigo (y yo con ellos, lo cual es peor para ellos) se van tranquilos. Ana me pide el dorsal, porque van a ver si mi chip no funcionaba bien (incluso me habían preguntado si lo había perdido hace un rato), no le veo lógica, porque si han fallado todos, ha fallado el sistema, no el de un participante en particular. Cuando al final me levanto (para estar más cerca de las cervezas y sentado en un banco a comer mis cosillas), paso por la furgoneta de los cronometradores, les comento que en mi caso fijo que he hecho 52 o 53 vueltas (y que más posiblemente 52), pero que ni 54 ni 51 ni ninguna otra cantidad, me voy (puede que equivocado con la sensación de haberle dado explicaciones a nadie). Es ahí cuando me fijo (menuda vista) que sí había un reloj grande con el crono, al lado del arco izquierdo de meta, no lo he visto ninguna de las 52 veces que asé (o 53).

Me tumbo en la hierba que está mojada, Ana me dice que está mojada y le digo que yo más (no, no era una propuesta erótica, es que me he echado bastante durante la carrera, como suelo hacer). Al final voy al banco que hay al lado de la barra de cerveza, pero es que hay dos barras de cerveza y está ya ha cerrado (¡qué cruz!). Pero ya no me muevo, Ana me ha traído un par de cervezas, peo después de un sorbo me sabe caliente, le pido a Ana si puede conseguir hielo en el bar que trabaja el chico que me había hecho el ofrecimiento (Gabriel, luego me dijo su nombre), pero al volver me dice que no les queda hielo, mala suerte, aunque creo que al final aparece con alguno, de la otra barra de la organización. Mientras aparece Gabriel, me acaba trayendo otra caña, y sufro por el vaso de cristal (que es muy majo, como la caña y Gabriel). Ana y Rubén ya se han ido para caso que están muy cansados y mañana nos toca madrugar (vamos unos días a Coruña, a que descansen y relajen). Creo que no se han aburrido, pero claro es un ratazo, la prueba entera, y además termina muy tarde para ellos (mucho mejor para mí el haber podido hacer la carrera con ellos por allí).

Se me ha pasado lo hecho polvo que estaba al saber que no era sólo sobre mí el error de los cronometradores. Aunque es un palo para la organización está dando explicaciones en el podio me pilla medio lejos. Hago un viaje a pedir una caña a Gabriel al bar (llevando el vaso que me dio), y le digo que si tiene hielo, me sirve lo mismo o más. Tenían, pero ya cerrado en las neveras interiores, y al final me lo consigue y me deja en un bidón y varios vasos un puñado de ellos. Más no se lo puedo agradecer, qué bien me ha tratado. Mientras empiezan a dar los premios, saco las patatas chips y aceitunas y empiezo mi cenilla, sin prisas, se me acabaron las urgencias. 4 chicos se me quedan cerca dos chicas de 12 años y dos hermanos (creo que de 9 y 7, chico y chica), la más pequeña cumple ya hoy esos 7 años (y yo que los cumplí antes de acabar la década de los 70, bufff), me preguntan cosas y les invito a chips o aceitunas, alguno coge patatas, sobre todo Laura, la más peque que pregunta muchas cosas y le contesto a mi manera con lo cual la mitad de las veces alucina y la otra mitad se ríe un montón.

Está por allí María la chica que estaba en el avituallamiento, y le doy las gracias por toda la ayuda, ahí sentado estoy mucho muy relajado. Ya me he puesto chándal, cortavientos y toalla de bufanda, para no coger frío. Me han saludado unos cuantos corredores (acabaré más visto que el tebeo aquí) , y cuando acaba la entrega de premios y se marchan estoy un poco más. Siguen los 4 chicos,  sobre todo, la que me da más conversación es Laura. Supongo que son hijas de algunos de los voluntarios que están recogiendo, al final nos vamos hacia el local, y allí en la puerta mientras Fran y sus amigos voluntarios recogen y descargan del montaje todo, espero sentado, no espero nada, sigo con chips, alguna aceituna y la cerveza, que aún me queda hielo. Cerca ya de las 5 me voy con Fran y otro chico que a casa pasan por el hotel, andando, que está cerca. Allí me ducho, y aunque sea para una sola hora, me acuesto, roto de cansancio, pero satisfecho de mi carrera, de cómo me han tratado todos a mí y de cómo nos ha tratado la organización a todos.

Aparecen los resultados, ya me explica Fran que ni aparecen de los relevos (donde hubo más problemas) y en la individual, tanto quejarme y aparezco con ¡55! Vueltas (no hace falta que diga que ni de coña). De 31 clasificados estoy 11º. No sé el caso de los demás, así puede que alguien tenga vueltas de más o vueltas de menos en esa clasificación, con las que he dado estaré al menos 13º o 15º en el peor de los casos (partiendo como digo que esté correcto lo de los demás). Para el podio de la prueba individual no ha habido problemas, porque estaban de acuerdo los implicados en esas primeras posiciones. Sí me han dicho que en los relevos (había varias clasificaciones, no sé si los problemas han sido en pocas o muchas) sí, porque no se ponían de acuerdo con el orden de clasificación (el chip de los relevos falló toda la carrera, parece que no había registro ni parcial de vueltas hechas). Eso ha sido un palo gordo para la organización, a Fran le ha dejado tocado como organizador Y decir que la organización se vuelca en esta carrera, no es un cumplido, más bien es decir poco, por todo lo que hace por los participantes). Todos, y yo también, esperan que eso no sea obstáculo para que la organización repita una carrera que deja muy contentos a mucha gente, que alegra el finde en Ponteareas y que además recauda una suma importante para Down Vigo, y algo más que ha donado la organización a otros tres asociaciones o proyectos, Paulo Machado y sus Kms por Joaninha, Yoli Gil por Discamino, y Silvia "Anepa" de A Cañiza (asociación de padres de alumnos con necesidades especiales, creo que eran ellos que también formaron con los chicos parte de un relevo, al menos, durante toda la noche). #kmpolainclusion es el hashtag. Ya dice Fran “implicar. visibilizar y mostrar que la inclusión es posible además de necesaria, unido a esto se buscaba despertar en los chic@s con Síndrome de Down”. Y lo han conseguido, había que ver lo contentos que se iban, seguro que por lo vivido y satisfechos de sí mismos. Espero, seguro, que la recaudación solidaria haya sido muy buena.

https://www.facebook.com/6horasviladocorpus/posts/1122479267954598?__tn__=K-R el post final que ha publicado Fran en Facebook

Los voluntarios, protección civil, policía local, todos se han volcado y a los que hemos podido disfrutar de ello nos faltan palabras para agradecer el haber sido tratados mejor que si estuviéramos en casa. La prueba individual, si uno la disputa como yo es dura. Pero la de relevos es una oportunidad que pierde mucha gente por no hacerla, pocas pruebas aunque sean de relevos resultan tan gratificantes para el corredor. Empezó muy bien, pero ha ido incluso a mejor. Para un error que ha habido (sí, algo gordo) ha sido por los cronometradores, no por la organización. Supongo que el día que convenza a alguien de hacerla, habrá dejado de hacerse. Pero que eso no sea el año que viene Fran, le queda mucho recorrido a esta prueba y creo (no estaría mal) que le saldrán imitadores por otros lares. Si hasta nos han regalado una botella de cerveza de la carrera. Ya vacié la cerveza en mi interior, y me llevé la etiqueta de recuerdo.

Aunque mi marca haya sido peor, me voy satisfecho, no he dado menos de mi 100% y eso es algo que no sé cuánto durará, pero mientras pueda durar no lo dejaré. Han sido 6 horas de no parar, ni para un desalojo de pis, y contento de haberlo vivido sin interrupción alguna, aunque cueste lo suyo. Días y carreras como esta los guardo conmigo por siempre, dure lo que dure ese siempre.
Fran, confío que nos veremos en julio 2020.
« Última modificación: 01 Agosto, 2019, 14:00:00 pm por Julián11 »
 























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