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Eventos Vinculados

  • [2017] Rock 'n' Roll Liverpool Marathon & 1/2 Marathon: 28 Mayo, 2017

Autor Tema: [2017] Rock 'n' Roll Liverpool Marathon & 1/2 Marathon  (Leído 24956 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

22 Mayo, 2017, 20:26:29 pm
Respuesta #24
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23 Mayo, 2017, 14:09:25 pm
Respuesta #25
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  • Gavilaniego
Ánimo chavales.

Quedamos a la espera de la crónicas.

Posible en un futuro.
Livin la vida loca
24 Mayo, 2017, 16:22:22 pm
Respuesta #26
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  • No guts, no glory!
mucho ánimo chavales!!!!!!!
estaré atento a la crónica porque la tengo prevista para 2018.
saludos
MMP 5K 18’35”
MMP 10K 39’35”
MMP 21,1K 1h23’50”
MMP 42,2k 2h58’51”


No guts, no glory!
24 Mayo, 2017, 22:40:21 pm
Respuesta #27
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    • julianigle11
    • @julianigle11
Que lo paséis muy bien por allí.
Y también en la carrera.
25 Mayo, 2017, 11:45:20 am
Respuesta #28
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  • Despacio despacio...
    • franciscojavier.rodriguezlorenzo
    • @calducho73
Que se de muy bien por Liverpool.

Suerte a todos.
Matando Moscas
26 Mayo, 2017, 15:58:22 pm
Respuesta #29
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  • ¡Hasta el infinito y más allá!
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Gracias chicos!!! Iremos por ahí 6 animosos representantes, y solo esperamos pasarlo bien en este gran fin de semana que se avecina  ;DD

Para el seguimiento, podeis bajaros la App del Liverpool Marathon (similar a la de MAPOMA de este año)

DORSALES

3293 carlosrunner (Maratón)
1311 cheve (Maratón)
3950 obispo (Media Maratón)
1762 victillor (Media Maratón)

Gracias de antemano amigos!!! :friends: :friends:
MMP´s

5 km OFICIAL: 19:37 (Carrera Popular de Daganzo 2022)
5 KM EXTRAOFICIAL: 19:29 (Derbi de las Aficiones 2022, del 5 al 10k)
10 km (DH): 39:45 (Derbi de las Aficiones, 2022)
10 km: 40:38 (Carrera Popular de Aranjuez 2022)
Media Maratón: 01:37:37 (Movistar Medio Maratón de Madrid 2023)
Maratón: 03:38:15 (Maratón de Zaragoza 2022)
26 Mayo, 2017, 17:31:08 pm
Respuesta #30
28 Junio, 2017, 23:23:38 pm
Respuesta #31
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ALL YOU NEED IS LOVE… AND MARATHON

Así se fraguó

Hay ocasiones donde escuchar lo que dice el corazón es una buena señal. No sé si es la vida, el destino, o simplemente porque toca estar en el sitio correcto en el momento adecuado, pero Liverpool estaba predestinado para mí y un grupo maravilloso de gente.

El bueno de Victillor lanzó el anzuelo y en mi cabeza ya rondó inmediatamente la idea de acudir a esta atractiva ciudad, primero porque jamás he pisado las Islas Británicas, y segundo, porque Liverpool siempre me ha atraído especialmente, no sé si por la mística de Anfield y la música de los Beatles, pero el conjunto se me ha hecho siempre sumamente atractivo.

Una idea que vino, como sabéis quien haya leído mi crónica de MAPOMA 2017, como la reivindicación de que me he recuperado totalmente de mis mazazos mentales de la segunda mitad de 2016. Si bien es cierto que el objetivo era la media maratón, rápidamente Cheve me convenció de lo contrario: si él prometía ir, yo prometía ir al maratón con él… Y así fue.

En coincidencia con un éxito laboral, me lancé al reto, precisamente me acogí a una oferta del día de los enamorados, donde me descontaron 5 libras, y yo, que soy mucho de señales y de momentos significativos, supe que sería el maratón del amor… No por correr en París, ni por correr con una enamorada en brazos, o porque pediría a alguien la mano en meta, sino de mi amor por este deporte, del que tantas alegrías me ha dado y sigue haciendo, y me ha dado el amor de muchísima gente buena que he conocido aquí. Y por supuesto de mi amor al maratón, mi 10ª maratón… Un número precioso que debía de homenajear, y de paso, romper una nueva barrera: rendir adecuadamente fuera de España, donde todo se complica algo más y hacer una gesta resulta más complicado por la acumulación de acontecimientos y actividades que también merecen la atención.

La preparación ya fue explicada en la susodicha crónica mapomiana, y por no ser redundante, solo decir que, aunque tarde, empecé a coger ritmo y forma poco a poco y fue tremendamente satisfactorio ir viendo la evolución. Me tranquilizaba tener el maratón de Madrid como banco de pruebas y entrenamiento largo, porque al final el camino a Liverpool han supuesto 15 semanas llenas de espinas y dudas, sobretodo al principio, donde no lograba completar los kms del plan simplemente por mi bajo estado de forma después de mi viaje a México, pero que poco a poco logré ir completando, importándome poco los tiempos hechos en las medias maratones que servían de preparación dentro de las tiradas largas, ciñéndome solo al ritmo. Esta vez decidí no hacer tiradas largas en solitario, y por ello se han sucedido muchas inscripciones a carreras con su bonus correspondiente, sobre todo medias maratones, donde parece que los kms me sientan mejor acompañado de muchedumbre que hacerlos en solitario.

Las semanas posteriores a MAPOMA, donde seguí el plan establecido, fueron supervisadas por Sensei, donde el plan a seguir fue recuperar chispa en las piernas y bajar el kilometraje, pero corriendo muchos días para ir acostumbrando al cuerpo a mantenerse activo con cansancio de piernas, pero sin cargarlas de kms. Como suele ser habitual, sin ningún tipo de percances, salvo una pequeña sobrecarga en el tibial posterior que me hizo tener algunas dudas. El camino ya estaba hecho y ya solo quedaba disfrutar de todo lo que venía a acontecer

Se abre el telón

Nos sumamos a este viaje los habituales en estos menesteres: Victillor, Cheve, Obispo, Mari (esposa de Obispo), y Oscar de Maratonianos de Leganés. Victillor, Obispo y Oscar a la media maratón, Mari a la milla, y Cheve y yo al maratón.

No empezó el viaje con buen pie, nunca mejor dicho, ya que en los días anteriores al viaje recibimos la mala noticia de que Cheve tiene una contractura algo seria y es gran duda para salir en el maratón. Además, un retraso en el vuelo hace que nos arruine los planes nocturnos del viernes, y tengamos que llegar a Liverpool a horas tardías como para empezar la hidratación pertinente.

Como siempre, hay que buscar alternativas cuando se cruzan piedras en el camino. Nada más llegar, nos acomodamos en el hotel, y salimos a dar un paseo por los alrededores y conocer la zona. Hotel bien situado en las orillas del Mersey y muy cerca de la feria, salida y meta, y relativamente al lado del centro de la ciudad. Encontramos que hay un casino a 100 metros del hotel y se nos iluminó la bombilla: serían las primeras cervezas del fin de semana, aunque en mi caso con algo más de moderación. Noche sumamente agradable que se nos alargó más de lo normal.

Al día siguiente fuimos pronto a la feria, donde era destacable la espectacular llegada que habían preparado para el 5k (que se corría el sábado temprano), y una feria algo pobre para lo que estamos habituados, pero muy divertida en la zona de Rock & Roll, donde uno se podía disfrazar al estilo Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, hacerse fotos así disfrazado, y un merchandaising de la carrera mucho mejor que el que se ve en Madrid. Además, pudimos cambiar la talla de la camiseta sin ningún problema, cosa que por aquí es bastante complicado, por no decir imposible.

No nos demoramos mucho porque teníamos una excursión muy agradable de los Beatles, un paseo de lujo por medio de un taxista (hay un grupo de taxistas que se dedica a hacer estas excursiones), donde acudimos a localizaciones emblemáticas del grupo, con explicaciones exhaustivas de lo que allí acontecía (casa de los artistas, lugares de ensayo, Penny Lane, Strawberry Field…), donde entre localización y localización, el taxista lo amenizaba con música del grupo, haciendo esas más de 2 horas un auténtica delicia y conocimiento del grupo y la profundidad de sus canciones, aparte de un paseo estupendo por la ciudad.

Lo primero que hicimos al llegar fue estar en la calle del mítico The Cavern Club, donde está poblada de pubs y algunos centros de souvenirs. Como no podía ser de otra forma, entramos a uno a empezar a empapar el gaznate y después a otro para comer algo. No dejamos perder tiempo y nos acercamos al Albert Dock por la tarde y la zona de los ferrys, un agradable paseo para hacer algo de hueco antes de entrar al mítico Cavern, donde se respiraba ambiente nostálgico y de mucha historia de la música.

Victillor en su labor de conocedor de la ciudad, nos llevó a otra zona donde seguimos disfrutando de otros pubs y paseos, antes de ir a cenar a China Town, donde, probablemente, comimos arroz en uno de los mejores restaurantes chinos que yo he visitado en todo el mundo (y son muchos).

Aunque Óscar y Victillor querían seguir con la fiesta, los demás nos retiramos al hotel a descansar, una decisión bastante acertada porque ya estaba empezando a estar cansado, y quería estar en buena condición en la salida.

Que comience el baile

La mañana se levanto perfecta, nublado y con temperatura más baja que el día anterior, lo que ya de primera mano me ayudó a mantener la concentración sin pensar en la climatología. Bajamos a despedir a los medio maratonianos, ya que su salida era una hora antes que el maratón, y nos subimos a vestir y a descansar otro ratito más. Al final Cheve sería de la partida, merced a unos vendajes especiales y a una serie de cremas y medicamentos que se estuvo tomando, poco le faltó para pincharse algo jejeje

El estar cerca de la salida era bastante tranquilizador, el paseo tranquilo hasta allí fue sumamente agradable para ir definiendo estrategias y calentar algo las piernas. Bastante sencillo fue llegar al arco de salida, donde llegamos sin necesidad de pasar por cajones, allí la gente se colocaba según convenía, pero con el sabido respeto de que cada uno se situaba donde consideraba que sería su ritmo.

Sin querer, estábamos a unos 15 metros del arco, y con el globo de 3:15 poco por delante. Ahí pensé que igual era mejor echarse algo atrás aunque tampoco tuvimos mucho tiempo para hacerlo, ya que se nos acercó un grupo de corredores extremeños en los que compartimos experiencias y anécdotas, haciendo algo de tiempo hasta la salida, donde antes de nada, se guardó un minuto de silencio por las víctimas del atentado de Manchester, ocurrido solamente unos días antes.

Poco después la salida, y ya desde el primer momento se veía que estaba muy adelantado, pues nos adelantó un gran número de corredores, aunque el lugar era ancho y no se entorpecía el paso, por lo que ese aspecto lo salvamos sin problemas. ¿Cuál era mi plan, mi ritmo o directamente, mi objetivo? Nada definido, me acordé de Bounce cuando dice que le gusta salir por sensaciones en los maratones y algunas carreras, así que pensé que era lo mejor, por no presionarme con el reloj ni con la proyección de tiempo, aunque la idea si iba a ser intentar ser nuevamente sub4, algo que no tenía en tierras foráneas. Pero sin duda, lo más importante, mi objetivo sería disfrutar nuevamente del maratón y de este deporte.

El primer km pasó rapidísimo, quizás mi GPS lo midió mal, pero me marca cerca de 5:15, muy rápido. Cheve confirma que le sale 5:25, por lo que no he salido lento precisamente. Me sentía genial. Ahí decidí que este maratón sería así, mirando el reloj lo justo, y solo yendo por sensaciones en cada momento, y controlando continuamente mi estado de ánimo y físico, y nada más. Voy algo pendiente de Cheve, hace sus típicos gestos de skipping de cuando va bastante sobrado, y entiendo que todo está en orden, aunque no me fío.

Todo cambia en el km3. Después del saludo de una compatriota que tenía pinta de residir allí, Cheve se para en seco y dice que no puede. Me paro un momento con él pero me dice que siga y que anda algo, si se encuentra bien me alcanza. Pero no… Yo sabía que no vendría, no tenía esa esperanza… Así que, por otro lado, me quedo solo ante el peligro, aunque no me iba a amedrentar por ello a estas alturas. Seguiría haciendo mi carrera sin pensar en lo que me falte o lo que necesite.

Estabilizo el ritmo en torno al 5:30. Entiendo que sin mirar mucho el reloj, ese ritmo me resulta cómodo para estar así muchos kms. A pesar de que hay algunas cuestas ya, ni me cebo en mantener el ritmo subiendo, ni me obsesiono bajando.

Hay que decir que, en estas alturas de carrera, los puntos kilométricos no existen, solo hay, y de vez en cuando, marcas de las millas. Me tomo como referencia las 3 millas, que son cerca de 5 kms. Paso esos hipotéticos 5 kms en 27:31 aproximadamente. Más que perfecto.

La carrera se aproxima a Goodison Park y a Anfield, estadios del Everton y Liverpool respectivamente, apenas separados por un parque y dos calles. El recorrido de la carrera está claramente hecho para pasar por estos puntos, aunque también, todo hay que decirlo, por los numerosos parques que pueblan la urbe (y que bien mencionó julian11 en su crónica). Para mí, son puntos especiales como amante futbolero, y simplemente solo pienso en pasar por allí y disfrutar de ese momento.

La llegada a Goodison la celebro con mi primera parada para hacer una foto al estadio. No es especialmente bonito, pero se ve que es un campo de los ingleses de toda la vida, con sus 4 graderíos en un barrio obrero, sobre un equipo que siempre ha mostrado fortaleza y sentimiento inglés. La gente me mira raro, entre mi aspecto hispánico y el hecho de pararse, pero bueno, ahí sigo.

Todo esto transcurre entre los kms 7 y 8, la carrera literalmente rodea el estadio en sus 4 costados  y vuelve sobre los pasos que antes hemos realizado, pero en sentido contrario. Veo que mi ritmo sube, 5:15 el km 8, pero también he puesto la música ya y estoy muy motivado por lo que estoy viviendo.

Es bueno decir aquí, con respecto de la música, que por primera vez, me hago varios playlist que tengo intención de ir escuchando según el punto de carrera en donde me encuentre… Y fue un acierto total por lo que vais a seguir leyendo…

En esa vuelta, primera cápsula de sales y entramos al primer parque de la prueba, en lo que parece un zig-zag en el recorrido, aunque me doy cuenta ante la majestuosidad de muchos de los parques de Liverpool. Son increíbles las vastas extensiones de verde y zonas abiertas que tienen. Un auténtico placer visual, donde solo le dan ganas a uno de sentarse a hacer un pic.nic, correr detrás de su perro, o jugar con la pelota. Es sumamente agradable de verlo sinceramente. Este es el Stanley Park, y veo al fondo Anfield y ya me jacto de pasar por allí. Antes, un compatriota me saluda, tenemos una pequeña charla y continúa su camino, a pesar de que hace un amago para que lo siga.

Al salir del parque, para rodearlo por fuera y subir a Anfield, empiezan mis problemas logísticos: no me he amarrado bien la bandera y no la noto sujeta. Y justo en el giro, recibo un grito de una corredora… Oigo un “SPAIN, SPAIN!!!”, y es que la muchacha, que antes la he superado, se pega un sprint para darme la bandera porque se me ha caído. Le agradezco muchísimo el gesto y decido cambiármela de brazo (la sujeto con un nudo en el brazo derecho, sólo con el brazalete del móvil pero más libre), y la pongo dónde el reloj y la voy agarrando con la mano. Más incómodo pero más seguro, aunque tampoco me molesta,

Justo ahí, pasamos por el km 10 (aquí si marcan el km) y, supongo, primer punto de control porque no he visto más alfombras: 55:42 según marcaría el tiempo de la organización. Por mi parte, bastante bien, mantengo el ritmo prácticamente igual que hace un rato.

En el siguiente giro, ya enfilamos Anfield Road y, ahora sí, pasamos delante del estadio. Antes, ya he situado el “You´ll never walk alone” en el teléfono, con dos repeticiones, como el intento de sentir lo que en ese templo del mundo se siente al corear todo un himno futbolero, que bien se puede extrapolar al running y a la gente que tanto se esfuerza… Los pelos como escarpias y, como no podía ser de otra forma, otra parada para hacer más fotos, incluido un selfie en parado. Un señor que está mirando la escena me dice “These photo is very necessary”, respondo con una sonrisa y continúo…

Sigue cantando

Viene una bonita estampa ahora, volviendo al parque de antes pero en su parte alta, donde se puede divisar una parte de la ciudad perfectamente. Mi ritmo, sin darme cuenta, ha aumentado, he pasado el km anterior, aun parándome, en menos de 5:20. Sin duda la motivación ha jugado un papel importante.

Volvemos con los problemas: al cambiar el playlist de música, me lío y se me cae el móvil. Tengo que volver atrás, pero al recogerlo, se me vuelve a caer… He perdido algunos segundos, pero me lo sujeto ya bien de una vez y me tomo el primer gel.

En mi idea visual del recorrido, hasta este punto ha debido de ser lo más duro en cuestión de desnivel, y ahora debe venir una parte de bajada hasta la media maratón. He acabado tan bien esta primera parte, que mi motivación aumenta por momentos, pero tengo la cabeza fría como para seguir con calma.

El ritmo va en 5:20-25, y tras pasar por otro pequeño parque nos vamos adentrando al centro de la ciudad, por dónde pasaremos casi llegando a la media maratón, por las zonas más turísticas de la ciudad.

Vuelvo a ver a la muchacha española del principio cuando aún estaba con Cheve, ahora con más amigas, y entablamos dos pequeños gritos de ánimo, y me hacen sonreír de nuevo. Aquí, en otro avituallamiento, cambio de botella de agua. Decir que, en los avituallamientos, muy numerosos e irregularmente repartidos, hay agua e isotónicos, aunque es curioso que en algunos son botella con tapón, otros sin tapón, y otro con tapón dosificador. Al ser una lotería, mantengo siempre una botella con tapón, de un tipo u otro, e ir rellenando si están abiertas.

Al ritmo de Daft Punk, llegamos al pleno centro, pasando por calles míticas, delante de Cavern y otros puntos emblemáticos. La animación aquí es algo más numerosa, tanto de gente como de los grupos musicales.

Otro inciso importante: los puntos de animación típicos de los maratones Rock & Roll son mucho mejores que los de Madrid, mezclando estilos musicales, de diferentes épocas, pero de canciones perfectamente reconocibles y animadas, y además mucho más numerosos. Sin duda, motivadores. Aunque en contrapunto, la animación de gente es mucho menos numerosa en la mayor parte del recorrido, ahí les ganamos por goleada.

Veo que, en los giros que hay en estos puntos de la carrera, voy algo más lento, a pesar de ser algo más favorable, pero como he decidido no venirme abajo en esta situación, por lo que disfruto de la animación del momento y de los momentos que nos va regalando la carrera.

Bajando a la zona del muelle, se junta otro español y entablamos una pequeña conversación, hablamos del ritmo e idea de objetivos, y cuando le digo que intento sub4 se me queda con una cara extraña, no sé si pensando que voy demasiado sobrado o de que el va demasiado lento, el caso es que me desea suerte y se va algo por delante.

En este punto, sobre el 18, donde casi nos juntamos por el punto en donde hemos salido de la carrera, tengo un pequeño bajón mental. No sé si es porque hemos llegado nuevamente al punto más bajo de la carrera, o porque veo que aún queda bastante, pero tengo un momento de duda, que se refleja en el ritmo, cercano al 5:40. Como dato curioso, al ser una zona donde hay bastante animación, la organización lleva a cabo el efectivo método “anti-peatones que se cruzan”, dónde en un punto de la carretera con isleta, los voluntarios cambian la zona por donde pasan los participantes, pasando los peatones justo por el lado que cortan momentáneamente para los corredores, pasando éstos por el otro lado, no pasando justo ningún peatón, y así dejan pasar a los peatones cuando se llena la isleta, desviando a los corredores por el otro lado cuando se produce ese momento. Bastante efectivo, todo hay que decirlo.

Rendirse no es una opción

Volviendo hacia dentro de la ciudad, en dirección a China Town, la carrera se pone cuesta arriba, e intento que este cambio de desnivel me anime, en contra de lo que pudiera pensar, y lo aprovecho para tomar la segunda cápsula de sales. Hay carteles de milla del medio maraton, mezclados con algunos del maratón, al principio despista, pero por los colores al final se diferencian bien. Por suerte, esta zona más complicada, la paso sin mayores dificultades, aunque con ganas de pasar ya por mitad de carrera.

El paso por China Town es especial. Aunque pica para arriba, está muy animado y el grupo que toca en el escenario son unos niños chinos que están tocando una melodía oriental, muy chula, y muchísimos niños chinos en su majestuosa puerta de entrada al barrio chocando la mano y ofreciendo bebidas y animando con unos tambores que sonaban de lo lindo… Realmente emocionante.

Aunque el GPS me marca un 1:55 clavado en el paso por el virtual 21k, aún queda un poco para llegar a la media. Después de girar en China Town, y avanzar en una avenida, la carrera se adentra en otra zona boscosa, pero residencial (Princes Park), y diviso la alfombra prácticamente sin enterarme. Paso en tiempo oficial en 1:57:22 por la media maratón (o milla 13.1, como ponía en el cartel y como les gusta poner a los anglosajones). Sin duda, una nueva inyección de moral, con esa proyección de carrera por debajo de 3:55, y con las sensaciones muy satisfactorias. Pienso en este momento que todo lo que esté por debajo de 4 horas será muy buen resultado.

Empezando la segunda mitad de carrera, cambia totalmente el entorno de la carrera: ahora serán más parques, más zonas verdes, zona residencial de chalets y casas bajas y, supongo, menos animación, y aquí medito en dónde tomar el gel. No sé si el cuerpo lo pide, o es que internamente ya sabe que no le queda mucho para la toma de ese gel, pero noto un pequeño vacío, y decido no esperar más y tomarlo en el 24, un poco antes de lo previsto. Estos kms ya son dentro de otro frondoso parque (Sefton Park), con clara tendencia cuesta abajo, sin exagerar pero favorables y eso ya es motivo de seguir sonriendo. Sigo estando por debajo del 5:30 y no veo indicios de excesivo cansancio, salvo el evidente de los kms acumulados.

Es curioso que en este entorno, de preciosas zonas verdes, hay una animación más alta que en la zona residencial de casas bajas que pasamos sobre la media maratón, debe ser un día grande porque hay mucha gente paseando y animando. En este Sefton Park se desarrolla, dentro y en los alrededores, todo el recorrido entre los kms 24 y 32, y el estar en cuesta, dependiendo del sentido en el que vaya la carrera (el recorrido hace varios giros hacia dentro y hacia fuera), iremos o tendiendo cuesta abajo o cuesta arriba… Llanos habrá bastante pocos por tanto

Mi manera de tomármelo continúa intacta: disfrutar sin mirar en exceso el reloj. Aún así, veo un punto en el que creo que me estoy “emocionando” del ritmo. Al ver que me siento bien y la carrera tiende hacia abajo, miro un momento el reloj y lo veo cerca del 5:10…. No me iba a poner nervioso con un ritmo más lento, menos aún con un ritmo más alto... Pienso que me siento bien y que, como voy por sensaciones, pues debo seguir así, aunque aflojando ligeramente.

Son momentos de disfrute total, el efecto del gel ya lo noto y hace que me sienta bastante bien, viniendo además el momento en que la carrera sale del parque y hace un extraño recorrido hacia una serie de colegios mayores en la que al final se girará 180 grados para volver por el mismo sitio y regresar al parque. Esto son aproximadamente 2,5 kms, pero lejos de desmotivarme, me sirve para ir viendo las caras de los participantes (aproximadamente desde los anteriores a ritmo 3:30) y así de paso ver la situación de los globos, e incluso llegando a pensar que Cheve sigue en la carrera.

El playlist de la música que llevo está siendo impecable, ya que me va animando muchísimo, y hace que mi ritmo no sólo no baje, sino que aumente ligeramente, y es ahí donde pienso que no tengo nada que perder, seguiré así hasta donde lleguen las fuerzas. Tomo la tercera cápsula de sales aprovechando el momento.

Diviso en esta ida y venida de la carrera a algunos de los corredores de Extremadura que he comentado antes, parece que van en los ritmos que tenían pensados y con buenas caras. Pasan el globo de 3:30 y 3:45, y cuando pienso que vamos a dar ese giro, la carrera se adentra un poco más en los colegios y no es hasta medio km más tarde donde se da ese giro.

Es aquí donde el reloj ya me marca el km 30, que según el Garmin ando en torno al 2:44, con lo que el desfase que calculo mentalmente (2 minutos) veo que voy genial de tiempo para bajar de 4 horas, así que veo que tengo que disfrutar ya como sea, intentando no bajar el ritmo. Hay cartel oficial del km 30 pero sin alfombra, pero no miro el reloj porque ha sido algo más de lo que pensaba el desfase y no quiero desconcentrarme.

Veo ya en la parte de vuelta del giro, con tendencia ahora cuesta abajo, que el globo de 4 horas anda bastante retrasado con respecto a mi posición, y a Cheve definitivamente no lo veo, por lo que ya si 100% se habrá retirado de la carrera seguro.

La vuelta al parque ya es en la parte de cuesta abajo, e inteligentemente bajo un poco el ritmo para prepararme a la última parte, dónde aparece una alfombra, que es la de las 20 millas (32,18 km), pasándola casi en 2:58, lo que me da la información de que quedan prácticamente 10 kms, y que yendo incluso a ritmo de 6:00 haré sub 4 nuevamente

Apretando dientes

Llega el momento más duro de la carrera por lo que el perfil indicaba, y desde luego no le falta razón: una larga recta de un km con cuesta arriba ligera, dónde en el giro a izquierdas del final, se recrudece aún más. Para que los que habéis corrido MAPOMA os hagáis una idea, el desnivel es un poco más duro al de la primera parte de la subida de Lago en la parte del Metro, y también más larga, haciéndose más duro según se avanza. La estrategia no la cambio, me muevo por sensaciones, por tanto el ritmo real se ve frenado y también veo que me queda poca agua. He bebido bastante en esta parte pero espero también que pronto haya otro avituallamiento cerca porque ya siento que debo empezar con la toma del gel, también algo más pronto de lo que he hecho en otras ocasiones.

Es el km 33 y, por suerte, justo aparece un avituallamiento al final de esta cuesta, aunque cometo un grave error. Empiezo a tomar el gel antes del avituallamiento con el agua que me queda, y aprovecho el avituallamiento para seguir teniendo agua después de la ingesta, pero tiro mi botella con tapón justo antes de llegar y, en esta ocasión, tengo un avituallmiento de botella sin tapón, con la incomodez que es tener una botella abierta mientras se corre. Como veo que me estoy tomando el gel mal, me estoy mojando todo y no me siento cómodo, paro a andar a tomar el gel durante unos segundos, recompongo la bandera que se me había vuelto a desanudar, y reanudo la marcha, que por suerte, ahora sí, es de clara tendencia cuesta abajo.

A pesar de ser favorable ahora el recorrido, ando preocupado con el agua porque me encuentro casi en el 34 y es el momento más delicado de un maratón, sin saber cuando podré tener más agua que de la poca que tengo.

Pero a veces parece que tienes los astros de tu lado, y en otra recta ya por otro barrio residencial de chalets, hay muchos niños animando, estando uno de ellos con una botella de agua enorme, ofreciendola a los corredores. No dudo ni un segundo en acercarme para cogerla, aunque veo que tiene a sus padres detrás y hago un ademán de si la botella la puedo coger, no vaya a ser que el niño no la quiera dar… El padre asiente con la cabeza para darme consentimiento y cojo la botella del niño, y aunque sigo corriendo, noto que el niño se pone a gritar detrás de mi… Supongo que no quería que me llevara la botella y pensaba que sólo le daría un trago, pero el padre aprecio que le echa un grito al niño para que se calmara. Probablemente en otra carrera u otra situación me hubiera vuelto, pero aquí continuo mi camino, ya con mucha más calma por tener una buena botella llena de agua otra vez conmigo.

Llegamos al 35, donde se hace un extraño giro de 180 grados, para pasar por debajo de un mini-tunel que nos lleva al último parque de la carrera, siendo este más pequeño, pero más ambientado si cabe que los anteriores. Justo en este momento miro el reloj y echo cuentas: es la primera y única vez en toda la carrera en la que creo que si no bajo el ritmo voy a estar rondando la MMP. Sin ser obsesivo, creo que es buen momento de intentarlo, porque las sensaciones son muy buenas, voy a un ritmo bueno, en torno al 5:25 y el tío del mazo no ha aparecido. Así que solo pienso en tirar y a lo que salga…

La salida del parque es en ligera cuesta arriba, que enfilo rápidamente, bajando hasta la costa, y divisando lo que van a ser los últimos 6 kms: un largo bordeo por la costa hasta el Albert Dock, que se ve a lo lejos. El momento es emocionante, estamos pasando por el km 36 y me encuentro bien, pero se empieza a notar bastante el viento en contra, algo que no hemos notado en ningún momento de la carrera. Es cierto que julian11 me  había advertido de que esta circunstancia era probable que se diera, pero pensaba que no tendría demasiada influencia, o que no me afectaría.

A medida que avanzamos, el viento se empieza a notar más, y todo de cara, así que ya activo el playlist de motivación máxima, para echar ya toda la carne en el asador dentro… Echando cuentas y viendo que ando en tiempos de MMP, decido ya dar lo que esté en mi mano, me he ganado el derecho a soñar al menos con eso, y aunque no lo consiga, hemos venido a “jugar” a ver que sale, y desde luego en este punto ya no voy a vacilar.

Pasamos una alfombra, es la del km 37,2, la que es 5 km después de las 20 millas y la que marca, casualmente, los últimos 5 kms de la carrera Según los resultados oficiales, he pasado en 3:24:49, aunque en ese momento para mi será una distancia algo superior y sobre 3:25, lo que se traduce en haber hecho estos ultimos kms más cerca del 5:20 que otra cosa. Desde luego ya llevo algunos kms con el cohete echado… Aunque el análisis lo haré después de la carrera, no me he dado cuenta de que a un ritmo de 5:30 oficial, haría MMP por algunos segundos.

Voy revisando y el ritmo aún no cesa, en torno al 5:25, pero ya empiezo a notar que la gasolina empieza a faltar, y me tomo la última cáspula de sales casi en el 38, como si fuera el maná que necesitaba para resistir estos pocos kms que quedan.

Pero aquí, todo se empieza a hacer cuesta arriba, y no por el desnivel de la carrera que es prácticamente llano, pero el viento en contra y que mi cabeza empieza a decir que ya lleva bastante encima, empieza mi via crucis. Como hago en estos casos, antes de que empiece a sentirme peor, paro a caminar rápido y a correr en cuánto el cuerpo lo pida, sin forzar. Aquí lo hago justo cuando en el Garmin me marca el 39.

No me siento decepcionado conmigo mismo ni mucho menos, pero considero que se me ha gastado la gasolina a 3 kms de meta y ya tengo que sufrirlos y llegar como sea. Voy mirando el reloj y corriendo, haciendo la goma con algunos corredores que me ven pasar y me pasan, según el momento. Como también me pasa últimamente, no puedo correr muy despacio, y de hecho eso es lo que me hace mantenerme con algunos corredores. Intento no relajarme, porque aunque mi objetivo está cumplido, ya quiero hacer la mejor marca posible, y acercarme al máximo a mi MMP, que obviamente ya doy por perdida en el día de hoy.

El km 39 aún lo aguantaré sobre el 5:36, pero camino algo más en el 40 y el 41, que salen por algo menos de 6:10, cosa que tampoco está nada mal porque mi velocidad de carrera no se ha resentido demasiado. El paisaje en estos km es muy similar: larguísima recta por la orilla del río que sólo se ve interrumpida en su monotonía por algún giro hacia el interior. Los carteles de millas se llevan sucediendo desde la 20, mentalmente es más duro si cabe cuando uno no va bien porque parece que nunca llega la siguiente milla.

Pasada la milla 25, a poco más de un km para la meta, nos metemos en el interior de nuevo, y ahí si sé situar la carrera, donde solo nos quedan dos rectas, incluida la de meta, por lo que me mentalizo ya para no caminar más. Estoy sufriendo un poco pero tampoco de morirse, y ya solo quiero llegar y sonreír en meta por haber conseguido la meta de otro maratón.

Al llegar a la última recta, el Garmin me marca el 42 y ya veo la meta al fondo, a unos 500 metros, según mis cálculos. Ahí se va todo el cansancio, todo el sufrimiento y cualquier sentimiento negativo que tuviera, y empiezo a flotar en el ambiente. Me coloco la bandera por detrás de mis hombros y empiezo a disfrutar de este momento tan especial. Voy sonriendo a todas las cámaras, a todo el mundo, y animando a los espectadores gritando ¡¡VAMOS, VAMOS!!, soy pura euforia. Pero el momento máximo es cuando veo a todos mis compañeros y amigos animando en un lateral y ahí enloquezco del todo. Me dirijo hacia ellos gritando al máximo, me responden igual y voy gritando hasta meta, siendo fotografiado por todo el mundo… Me siento el rey, siento que he ganado, siento que soy el mejor… Soy pura alegría que, en esta ocasión, no saco con lágrimas, sino con gritos de euforia, de alegría y de una profunda satisfacción interna por haber tirado abajo, otra vez, la puerta del maratón. Es mi 10ª y ha sido especial, única e irrepetible.

No he hecho MMP finalmente, me quedo en unos estupendos 3:54:22, a 1:42 exactamente de mi marca pero, que queréis que os diga, no cambio un número ni una marca por esta alegría y satisfacción tan grande que tengo por haber disfrutado tanto de esta carrera, que la he corrido como he querido y sentido. Han salido en 29:32 estos últimos 5 kms, prácticamente a 5:55 de media, pero, como digo, eso ya da lo mismo con estos momentos tan bonitos que estoy viviendo.

Me hago fotos con todos los fotógrafos y enfilo a por la bolsa del corredor dentro del Echo Arena, que en este caso nos permite coger un amplio abanico de frutas, frutos secos, barritas y por supuesto bebida. Cojo todo lo que puedo y veo que, incluso, podemos llevarnos otra camiseta de la carrera. Inmediatamente se me viene a la cabeza Mari, que en la milla no le han dado carrera, y cojo una para ella.

Subo por las escaleras mecánicas y mis compañeros me reciben con vítores y abrazos, que bonito sentir ese cariño… Salimos de allí en dirección al hotel, aunque antes voy a la sección de incidencias para pedir mi medalla World Rocker (la que dan por hacer dos maratones Rock & Roll el mismo año). Después de recogerla, me tengo que parar a mitad de camino a tumbarme porque los gemelos me están dejando echo polvo. Siempre me sucede, no es novedad tampoco…

Disfrutando el éxito

Cuando me recupero, me dirijo al hotel mientras mis compis se toman unas cervezas ya en el centro. Después de la ducha y de relajarme un poco, salgo en su dirección, esperándome en un bonito restaurante, donde damos buena cuenta de un pastel de carne que me supo a gloria.

Para después, ya más relajados, más cervezas, comida y la celebración del cumple de victillor, que desde las 12 ya añade otra muesca más a su casillero y, como no puede ser de otra forma, lo celebramos con unas pocas más de cervezas, aunque terminamos la noche en el casino del primer día, obviamente más cansados que entonces.

Después de descansar, y a pesar de la lluvia, dedicamos el lunes por la mañana obispo, Oscar, victillor y yo para ir a Anfield, para visitar el estadio por fuera, ver los santuarios, hacernos fotos y visitar la enorme tienda oficial que tiene. Entre medias, un desayuno clásico inglés fabuloso, adornando una mañana muy interesante y productiva, que terminaremos en una visita por el Albert Dock con cheve y Mari que andan por allí, y donde degustaremos las últimas cervezas por la zona.

El viaje de vuelta acaba siendo un caos, con un retraso considerable en nuestro vuelo, lo que hace que sea una tarde muy nerviosa por mi parte, pero eso es otra historia para contar en directo jeje. Aunque tarde, llegamos bien a casa y con la gran satisfacción de haber pasado otro estupendo fin de semana rodeado de buenos amigos.

Sin duda, un maratón muy recomendable para cualquiera que quiera correr un maratón nada sencillo de controlar en ritmos por sus constantes subes y bajas (al final me dieron 400 metros de desnivel positivo), y por el viento de cara de la parte final. Por mi parte, este 10º maratón ha supuesto superar bajar de 4 horas fuera de España por primera vez, y disfrutar como nunca. Solo lamento que cheve no haya podido correr conmigo toda la carrera, nunca sabremos que hubiera pasado… (nos debemos una vuelta por Liverpool, ya lo sabes).

Los próximos objetivos no pasan por el maratón en el territorio otoñal en un principio, lo dedicaré a preparar el 30k de Budapest, algún 10k y alguna media específica (Cordoba???), para afrontar la preparación del maratón de Sevilla, dónde seré de la partida si no hay ninguna novedad, y posteriormente repetir en MAPOMA, que sería ya el 5º consecutivo.

Muchas gracias a todos por el apoyo y las innumerables muestras de cariño que recibí, desde luego que Liverpool ya va a quedar grabada en la retina por mucho tiempo.

¡Nos leemos en otra, amigos!
MMP´s

5 km OFICIAL: 19:37 (Carrera Popular de Daganzo 2022)
5 KM EXTRAOFICIAL: 19:29 (Derbi de las Aficiones 2022, del 5 al 10k)
10 km (DH): 39:45 (Derbi de las Aficiones, 2022)
10 km: 40:38 (Carrera Popular de Aranjuez 2022)
Media Maratón: 01:37:37 (Movistar Medio Maratón de Madrid 2023)
Maratón: 03:38:15 (Maratón de Zaragoza 2022)
 

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