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  • [2019] MARATON DE LAREDO: 02 Junio, 2019

Autor Tema: [2019] MARATON DE LAREDO  (Leído 5454 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

26 Marzo, 2019, 13:02:23 pm
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    • julianigle11
    • @julianigle11
      
MARATON DE LAREDO

Domingo, 2 de Junio de 2019
Hora: 09:00
Pais: España
Provincia: Cantabria
Población: Laredo
Lugar de la salida:  Parque de los tres pescadores
Lugar de la meta: Parque de los tres pescadores
Distancia: Maratón
Web oficial: https://www.maratonlaredo.com/
Cuota de inscripción: De 30 A 50 euros según fechas.
Enlace a inscripciones: https://www.maratonlaredo.com/inscripciones/
Otros datos de interés: 4 vueltas en circuito homologado por la RFEA.
Tiempo maximo para realizar la prueba de 4:30 horas.
También hay Media Maratón con salida conjunta (2 vueltas).
26 Marzo, 2019, 13:04:49 pm
Respuesta #1
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    • julianigle11
    • @julianigle11
Inscrito en oferta inicial de 30 euros. AUnque si no llego medio bien, igual no me atrevo a hacerla, porque el límite de tiempo es 4h30m (y ahora mismo ando lejos).

Hasta 12/05/2019 – 24:00h. :MEDIA MARATÓN 20€ / MARATÓN 40€
Hasta 26/05/2019 – 24:00h. :MEDIA MARATÓN 30€ / MARATÓN 50€
29 Marzo, 2019, 09:10:58 am
Respuesta #2
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Inscrito a las 4 vueltas🥴🤪
10K=37:27 Rey de las populares 2017
½Maraton=1:22:24 Getafe 2018
Maraton=2:59:07 Valencia 2018
29 Marzo, 2019, 12:35:56 pm
Respuesta #3
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  • Gavilaniego
La tengo en el radar pero .... Laredo tiene mala combinación.
Te puedes inscribir solo a la última vuelta?  :))) :))) :))) :))) :))) :)))
Livin la vida loca
30 Marzo, 2019, 11:44:21 am
Respuesta #4
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    • julianigle11
    • @julianigle11
La tengo en el radar pero .... Laredo tiene mala combinación.
Te puedes inscribir solo a la última vuelta?  :))) :))) :))) :))) :))) :)))
Aparte que tengas coche, el tren te deja en Santander a 120 metros de la estación de buses (así voy yo el sábado por la mañana), y lo mismo para la vuelta domingo por la tarde.
Quejiquilla.
11 Junio, 2019, 12:13:53 pm
Respuesta #5
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    • @julianigle11
Maratón de Laredo. Es el que no debería ir. EL maratón con el límite de tiempo más bajo en España. 4h30m. Y llevo 13 maratones sin bajar de esa marca, los últimos 11 ni siquiera de 4h40m (desde noviembre). Pero es un maratón clásico, pequeño, pero con populares muy habituales, de mucha calidad, aunque eso supongo no es motivo suficiente para pasarme varias semanas nervioso y temeroso de donde me he metido. Ya lo he hecho en dos ocasiones, lo pasé mal en la primera (llegué a ir último, aunque acabé muy bien), y en la segunda contaba pocas opciones de bajar de 4h30m (pero más que ahora), y bajé de 4h19m y 4h21m que parece muy holgado ahora, pero sufriendo hasta la última vuelta, y no sólo por el esfuerzo.

He podido entrenar más fuerte los últimos días, pero las circunstancias no me han permitido todo lo que hubiese querido. Y peso no he bajado casi nada (no lo esperaba, más aún con los entrenos que he hecho). Los dedos del pie me han molestado y he metido más horas de gimnasio, sobre todo del spinning que hago (pues entrenando seguido no subo pulsaciones en la elíptica, aunque también he hecho), no sé si lo he explicado alguna vez, procuro poner el máximo nivel que me permitan las piernas e ir subiéndolo cada vez que puedo, haciéndolo todo el tiempo de pie como si estuviera subiendo el Mortirolo. Un poco sí, pero a los 20 algo minutos estoy frito, y si lo he hecho bien, a los 30 me brillan pantalón y camiseta de lo empapados que se ponen (esta vez no es de agua, ni blanca ni amarilla). He hecho según los días entre 45 y 80 minutos, aprovechando luego a seguir con la elíptica (que resulta mucho más fácil, aunque esté al máximo nivel) con las pulsaciones altas. Creo que algo de forma puedo haber mejorado, pero sin bajar ni de 91 en el último pesaje no lo tengo nada bien.

Además las previsiones de tiempo son las peores aquí, de los años que lo he hecho, de 19-20 en la salida a 23-24 en meta y soleado. Eso es otro hándicap. Pero no puedo renunciar a un maratón, sólo por tener que hacer una marca que dudo que pueda hacer (no va a ser por no intentarlo). No aceptaría no ir a un maratón porque tenga miedo, fundado, de no bajar de 4h30m. Si empiezo a dejar de ir por eso, dejaré de ir a ninguno al final. Otra cosa es cuando el trato es malo o los avituallamientos vejatorios, en esos casos no me siento mal por dejar de ir. Me he dejado pellejillo en esos entrenos. Los días que he marchado en el Retiro los ritmos eran entre horrendos y horrorosos. Así que ¿qué puede salir mal?

Estará Quique, el joven corraliego que va a hacer su maratón número 100, y le van a acompañar bastantes corredores. No lo sé si llega en buena forma, si no lo hace también tendrá problema con el tiempo, aunque con la ventaja que al ir en grupo, dudo les metan presión por ello (y además es más listo que yo, no se agobia con el tema, mientras que yo, no hago otra cosa que agobiarme), si llega un poco bien de forma seguro que baja. La última que coincidí fue Castellón y le pesaron los últimos km por el calor, en especial, y aquí lo habrá (pero ya digo que creo debe llegar en algo mejor forma). Y Alberto Costilla sería otro que seguro puede bajar si llega bien. Habrá que verlo, la ventaja es que en algunos cruces podremos animarnos, además de tomarles como referencia tanto si voy por delante (de inicio seguro que sí), como si voy por detrás (que desde la segunda vuelta supongo que así será).

Ya me dicen , algunas veces, que mis maratones siempre van con épica, no es esa la intención, pero si en cada maratón quiero dar el máximo y hacer lo que está medio fuera de mi alcance, es posible que parezca así, que de esa impresión. Con lo descansada que es la falta de épica. Viajo el sábado y procuro descansar toda la tarde, supongo que el cuerpo recuperará bastante de las palicillas que me he dado, veremos si ha asimilado algún entreno y ganado más fuerza o potencia en las piernas (o algo positivo, cualquier ayuda me va a venir bien).

No suelo comentarlo, pero siempre llevo conmigo el ordenador, pues al vender por internet siempre debo estar pendiente de las páginas donde vendo, independientemente de que tenga de inicio más o menos trabajo a hacer. Por tanto, nunca pillo alojamiento que no tenga wifi, aunque fuese gratis. Digo esto, porque la noche antes, sobre las 11 se fue la señal, y aunque lo pregunté, creo no estaban por la labor, pues tenían el bar (bar y hostal era) bastante lleno, me dijeron. A la mañana siguiente bajé, pero me decían que se habían quedado sin señal (eso ya lo sabía), y pocas esperanzas para mí. Ya no podría consultarlo hasta la 1 de la madrugada siguiente cuando llegara a casa. Iba probando la señal por si volvía, pero nada. A las 8:28 cuando lo cerraba con todo preparado para dejar la habitación, volvió la señal (maldito Murphy y sus leyes), aunque tenía que irme, no podía cerrarlo y ya, así que le di el repaso rápido, por la posible faena a hacer que hubiera, yendo rápido y todo, fueron 10 minutos. Con eso, conseguía una vez más ir a la salida con agobio, y sin que me sobre ni un segundo.

Afortunadamente, por estar cerca y haberme preparado ya varias cremas y llevar las zapas puestas, llego justo a todo, nada sobrado, y en tiempo. Así funciona muchas veces, en mi caso, el llevar un montón de cosas a la vez en el coco (y fuera de él), e intentar llevarlo todo bien. Ojalá, unas cosas no me influyeran mentalmente en otras, pero lo hacen. Me pongo ya en la salida, algo delante, aunque no mucho (unos 20-22 segundos tardaré en pasar por el arco), para no perder mucho tiempo con el crono límite de 4h30m (mejor empezar a los 20 segundos que al minuto). Me habría gustado haber saludado a más de uno, Alberto Costilla, Patxi Villoria, y a ver cómo estaba el joven (ya cada día menos) corraaliego Quique y su séquito, Javi Sanz, Angelín, Zelko, Jopian y unos cuantos más (luego veré que bastantes más), están todos allí para celebrar su maratón número 100 (el de Quique, no el de todos). A David Pérez no tenía ni pensado saludarle, es élite total aquí, y bastante faena de estar en primera línea de salida, y concentración debe llevar (hizo 2h28m en Sevilla, hoy lo va a tener casi imposible, pues con este calor, va a haber una penalización generalizada en los cronos). Al que si veo y saludo es a Dani Jiménez, que este año tiene un reto de 12 maratones, suele hacer de guía, y hoy también, llevará el globo de las 4 horas, Me remato de cremas, en especial vaselina, por tener roces el último día de entreno que marché.

Marchando a la salida (andando en realidad, la marcha viene luego), estoy incómodo por los pies, el derecho en especial, pues lo noto muy apretado en las puntas, y temo que me choque, que si ya es un horror en cualquier maratón, en este sería una losa, con la necesidad imperiosa de marca. Se da finalmente la salida, y aunque apretados en inicio, en seguida se puede ir a ritmo, la recta de salida (es de 870 metros, supongo) se hace larga, estaremos más anchos después de la curva, y así es, me adelanta entre otro muchos Patxi Villoria y Jesús García del Paris. Ánimos mutuos, y a seguir. Casi en 6 el primer km (como todos los demás, es llano), no está demasiado bien, pero estoy más preocupado, notando que pueda pasar algo con los dedos del pie, y también la faldilla del pantalón, que parece me va a acabar rozando (de momento roza, pero sin daño aún). Km 2 en poco más de 12 minutos, y trato de pensar que al 10 estaría bien llegar entre 61 y 62 minutos, aunque no sea mi marca ideal. Es lo máximo que puedo aspirar, casi en ningún momento voy por debajo de 6 minutos, pero a 6 y poco sí.

Es temprano, pero el sol se deja notar, casi seguro que a partir de las 11 va a ser bastante más duro de soportar. Para el km 4 voy bastante a cola (desde el 1 hasta casi el 4 también es  todo una larga calle, sin público prácticamente, el que hay es porque aparca o desaparca o está yendo a la playa (y ha de cruzar la calle por la que vamos). En el giro, para regresar por la calle paralela nos encontramos enseguida el primer avituallamiento. La mayor parte son chavalines (y chavalinas), como en los siguientes puntos (es uno, pero nos dan en ida y vuelta, repartiéndose a ambos lados de la recta principal de salida), te dan y ofrecen agua, isotónico y fruta (plátano y naranja, creo que hay algo más en la mesa, pero no me fijo, pues sé que no cogeré), se van a hartar de vernos (a mí, a mi velocidad, más que a la mayoría): Además tienen ánimos para todos, que se agradece lo suyo. He cogido dos botellas de agua, para beber y echarme, porque la ocasión lo va a requerir. Ahora tocan casi otros 3 km de recta, para rodear una rotonda y enfilar la recta principal del inicio, en dirección contraria. Paso el km 5 en 30m58s. Mal, mal, de momento no, ahora a intentar que el 10 se quede lo más cerca posible de los 61 minutos. Decido sacarme la camiseta por fuera (que ya una vez pasó a rozarme menos).

El regreso por esa calle hace pensar lo largo que se va a hacer en las próximas vueltas, especialmente con el calor, que ya se está sufriendo desde la salida. Km 6 y la rotonda para afrontar la recta larga, me ha parecido esta vez más larga que nunca, gafas de sol puestas, porque si no, no había manera. Avituallamiento con los chavales (eso no se puede perdonar, ni se debe), y apenas aparto la vista del frente, pues sobre todo a mi izquierda veo bultos, con lo poco que puedo mirar por culpa del sol. Los últimos 200 metros de recta son más agradecidos, porque ya hay público (supongo que acompañantes la mayoría). Muchos ánimos que se agradecen mucho, paso por debajo de la pancarta de salida (debe ser km 7,2 o 7,3), y ahora con un poco de curveo a buscar el puerto, los 200 metros posteriores al arco de salida también hay público (y bares, qué lugares, que se debe de estar de bien en ellos que prefiero no pensarlo). Trato de estar lo más cerca posible de los 62 minutos en el 10, pues el 8 lo he pasado prácticamente en 48 minutos.

El último tramo del puerto es un espigón, y cuando doy la vuelta, veo que me salté unas duchas (están cada año), y me cambio de carril porque son muy pocos los que vienen por detrás (aunque hay, que con los de la media, unos cuantos quedan), para pasar por debajo. Al girar de la larga recta del espigón me encuentro con el grupo de Quique, van casi todos con una camiseta azul, menos él y Alberto Costilla, el sombrilla, van con mucha alegría (en el cuerpo, el ritmo se la trae al pairo), algo de cachondeo y siguiendo todos a lo nuestro. Me parece por cómo van que no les preocupa nada el fuera de control (a mí es lo único que me preocupa). Me molesta desde hace varios km muy poco la faldilla del pantalón, y lo de las zapas no ha ido a peor, alguna noticia buena tenía que tener.

En el regreso para completar la primera vuelta paso el 10 en 62m07s. No es lo soñado, pero algo mejor de lo que proyectaba hace un par de km. 62m45s hice el sábado anterior en un 10 km, así que algo he mejorado (más teniendo en cuenta que allí llegaba a meta, y hoy lo hago con 32 soleados km por cubrir), aunque hubiese querido que algo más. Me cruzo con los que van de los primeros en el maratón, después de los keniatas, y uno es David Pérez (no le conocía, pero me dijo los colores de la ropa que llevaría), le animo lo que puedo casi a toro pasado (porque tardé en darme cuenta), y sigo para terminar esa primera vuelta. Giro a la recta de 200 metros que en la última vuelta será la de meta (y en estas, girando a la izquierda, pasaremos paralelos a la playa, el arco de salida), al empezarla me alcanza el primer keniata de la media. Jolines, me quedan 3 vueltas y él ya acaba, cuando llegue a meta, ya está de vuelta en su país (1h05m hace). Paso por el arco, la primera vuelta en 1h05m25s, peor de los pronósticos, la ventaja es que llevo unos cuantos por detrás. La recta maldita de salida me parece infernal hoy, si a Rocky le daban de leches por todos lados, a nosotros siempre nos dan los rayazos del sol de frente, lógicamente hace más calor que en la primera vuelta, y esta recta no tiene ningún resguardo. Al pasar por el avit, además de pillar un par de botellas de agua (que poco me duran, claro), el adulto que está ayudando y dirigiendo a los chicos del avit, me dice que muy bien, y que gracias a mí están aprendiendo lo que es la marcha atlética. Como soy muy vergonzoso le digo que me sabe mal, que seguro no soy el mejor ejemplo. Y él con más razón que un santo, me dice que sí, que siendo el único, soy el mejor ejemplo, y que de no estar yo, no podrían saberlo. Es cierto que mucha gente sabe de la marcha atlética, pero la gran mayoría no la llega casi a ver en directo, ya sea en pruebas, o gente entrenando por los parques. No puedo evitar que aunque me guste lo que me dice, sienta mucha vergüenza, espero no haber sido desagradable (cosa que en cambio se me da muy bien, incluso sin proponérmelo).

Pues a pesar de todo este rollo, sigo en esa recta, que no se acaba nunca, de hecho, antes de acabarla, me adelanta el primer keniata del maratón. Uso los pocos corredores que tengo cerca de mí (no, los que doblan, esos no puedo usarlos, sólo animarles), para marcarme un ritmo a mejorar, si los llevo a la misma distancia, si la recorto habré mejorado ritmo (no es así 100%, pues en estas marcas suelen hacer más lenta la segunda media, pero algo sirve). Se acaba la recta, y con una corta S, la recta que nos lleva al punto más distante de meta, al menos con la tontería ya estoy en km 12, para cuando acabe la rectaza, habré hecho un tercio del maratón. El ritmo peleo para que siga igual, aunque los calores castiguen lo suyo. Me adelantan tres corredores y uno es David, le animo, aunque luego pienso que está feo no animar a los otros dos, aunque tampoco me da mucho tiempo, van un poco más rápido que yo, y se alejan en un suspiro (hoy llevo muchos suspiros, y los que me quedan). Giro para regresar, allí hay un juez, con la alfombra de control de pasos, siempre en cada vuelta y cada año (no recuerdo si es el mismo cada año, pero como si lo fuera) tiene palabras de ánimo, que con lo abandonados que estamos en estos tramos se agradecen siempre. En el avituallamiento que hay enseguida, los chavales están dando siempre ánimos y con agua e isotónico esperándonos, antes de llegar a la altura de las mesas, se agradece mucho, esta vez cojo algo de naranja también (y un poquillo de isotónico, además del par de aguas). De allí sale uno con la moral mejor, para afrontar la recta que nos lleve a la otra recta, la de salida. Paso el km 15 en 1h34m o por ahí. En esta vuelta hay menos sombras que en la anterior, se nota, se nota lo suyo. Ya empieza a pasarme algún corredor más.

Hay un vecino que ha salido a la calle y nos riega con la manguera en modo aspersor, no a chorro (a los que elegimos pasar cerca). Se le agradece, yo voy además vigilando si veo alguna botella con agua, aunque es difícil cuanto más nos alejamos del avituallamiento. Llegamos a la rotonda, tienen puesta música, pero para mí es muy chunda chunda, eso sí, los ánimos en cada vuelta los tienen y los dan. Recta de meta, el sol, solet, parece que tenga el epicentro en ella. Cuesta, se hace durillo, pero hay que pasarla luchando para que no decrezca el ritmo, el voluntario que me comentó lo de la marcha siempre me dice algo agradable, los chavales me dan aguas (uno hace trampa, me la da con isotónico también, así que esa la uso sólo para mojarme). Este año, he recordado que las botellas de agua son normales, los dos anteriores eran con pitorro, que distribuían muy bien al beber y echarte, en realidad, ni las acababa la mayoría de veces, porque no hacía ese calor (en la primera vuelta, el año pasado, ni la mitad de la botella bebí). Y más ambiente llegando al arco de salida (se pasa dos veces por vuelta, una en km 7 y poco y la otra al acabar, 10,55 km que son cada vuelta), a la izquierda oigo ánimos, que son de Agus, que lleva varias montañas de corredores en el Retiro, con el club Tigers. Habrá hecho la media (en 1h20m le calculo yo, sin tener ni idea). Vienen muy bien los ánimos, estoy aguantando fuerte en esta vuelta, a pesar de que el calor va  a más y más.

Lo malo que tiene este paso por meta, es que parece como si hubieses acabado la vuelta, pero es que quedan 3km para acabarla aún, y cuando la acabes, te queda otra media maratón, toma Moreno! Pues al puerto y volver, en la recta del espigón que nos hará girar no hay suerte con la música. Lo siento, pero no puedo evitar que me disguste, supongo que me he debido acostumbrar a la banda sonora de mi vida, y en un maratón rock and roll y pop 60’s-80’s me parecen muy agradecidos. Bien que compran los discos de Queen y vana  los conciertos de Bruce Springsteen o Loquillo, pero salvo los primeros (que cada vez más, eso sí) los otros y muchos más jamás se dejan oír en un maratón. Eso sí funkys, reguetones o merengues, poco fallan. Ya hay algún maratón en pista que le puse la cruz por eso (alguna otra razón también había), ponerte el despacito en una pista, que no puedes acelerar para dejarlo atrás, porque suena en toda la pista, era más duro mentalmente que aguantar 105,5 vueltas. Así me resulta a mí. Me dicen que me ponga cascos, eso en una carrera no me parece atracitvo (ni adecuado), y para dar vueltas con cascos en una pista de atletismo, prefiero (y tiene más sentido) hacerlo en el Retiro.

Estaba por el espigón, al salir del mismo vuelvo a cruzarme con el grupazo de Quique (el grupo de los 100, que suena a serie televisiva), y enseguida el paso del km 20 en 2h06m largos. Me están doblando bastantes corredores, están a punto ellos, de entrar en la última vuelta, volviendo también me cruzo con el primer keniata, que él sía cavará en esta vuelta, aunque me parece que sin mejorar la marca de 2018, normal, es muy difícil con este calor y el sol punteando en cada zancada. Y la media, en 2h13m53s. Con el calor que queda y lo que llevo gastado ya sé que las 4h30m no van a ser posibles. Y para empezar a descontar hay que llegar al km 22, y la recta del infierno se deja notar, es un suplicio, suerte que me siento fuerte y creo la aguanto no muy mal (es para desmoralizar, por lo menos a los lentos, fritos a fuego igual de lento).

Esta tercera vez parece que haya costado más que nunca la maldita recta, de hecho no la he acabado y ya estoy sediento, a pesar de que acabo de beber y echarme (me echo mucho, pues con este sol la hidratación exterior es fundamental), cuando acaba la recta un voluntario de la zona de la rotonda me ofrece agua, me desvío para pillarla, hay cosas que uno no puede rechazar, lo agradezco mucho, y ya en el 22 pienso que cuando acabe la recta, estaré en el 25 y al acabar la de regreso, casi en el 28. Lo que viene siendo el cuento de la lechera, de toda la vida. Ahora la calle que nos aleja se ha hecho más dura, aparte del cansancio y el calor, al ser las 11 y media, la posición del sol ha hecho desaparecer los momentos de sombra que había, así que ya podemos sentirnos como un espeto, doraditos a la ida y lo mismo a la vuelta. Eso sí, la faldilla del pantalón poco más ha molestado, y los dedos del pie, parece que aunque sea justillo, van a aguantar bien toda la prueba. Me ha adelantado Ángel (Angelín en el foro), que iba con el grupo de los 100 de Quique, y ha tirado hacia adelante, parece que por tener prisa al acabar la carrera, para regresar a casa, es su maratón número 48, y en breve hará el 50, imagino. Eternas son estas rectas (antes de acabarla un voluntario me ofrece botella de agua, obvio decir que la cojo y se lo agradezco un montón, ya llevaba rato mirando todos los suelos, por si veía alguna botella aún con agua, que alguna había), pero al final la acabo, giro izquierda, alfombra con el juez y giro izquierda para la recta de regreso.

Ya no cojo dos botellas de agua, 3 mejor. Aunque quiero ir mejor, el ritmo en esta tercera se ha acabado yendo a los 7 minutos, sigo teniendo fuerzas, pero el calor me impide ir por debajo de 7, salvo escasos momentos. El 25 lo paso en algo más de 2h40m, ya no me salen km por debajo de 6m30s. Pienso que posiblemente pueda en la última vuelta, pero ya empiezo a ver que a este ritmo en esos momentos, ni siquiera bajaré de 4h40m. hay momentos que no miro más que el suelo, porque tampoco veo al frente con el sol. Esta ve el hombre que estaba con la manguera está en compañía del vecino, así que son dos mangueras, que sientan muy bien y se agradecen mucho. Antes de llegar a la rotonda hay un grupo de 4-5 animando, y mucho, yo creo que son acompañantes de otro corredor, y que han escogido ese lugar para que no se le haga tan duro (así le pueden ver en km 1y km 6 con algo de cada vuelta). Llego a la rotonda y al ir a empezar la recta me ofrecen otra botella de agua, y como soy muy educado, ni se me ocurre rechazarla, me dicen que la use también para refrescarme. He llegado allí seco, a pesar de haber salido inundado de agua que me echaba del avituallamiento anterior, este sol lo seca todo. Paso por el avituallamiento, creo que también cojo tres botellas (para cuando cojo la tercera ya había liquidado la segunda), al menos estoy cada vez más cerca del final, aunque ando algo nervioso por el control de cierre (más viendo el tiempo que veo me va a salir, ni mejor marca del año, que no era demasiado pedir). Paso entre muchos ánimos por meta, en el lado izquierdo hay un chico que me anima mucho en cada paso, no sé seguro si es de la organización o acompañante (diría que lo segundo) y con tanto ánimo, siempre que me lo da, engancha a otros a animar también, así que las fuerzas se realimentan un poco.

En cuanto acabe la vuelta ya no me doblan más (tendrían que hacer 5 vueltas, y no creo que nadie esté por esa labor), me he quedado con la sensación de que me han doblado más en la vuelta anterior que en esta, aunque supongo que no ha debido ser así. La mayoría de chicas que me han doblado (no me han doblado muchas, pero porque no hay muchas chicas participando) me han animado al doblarme (yo he procurado animar a todos los que me doblaban, que hoy este maratón se ha hecho muy duro. Una chica de Valladolid que me dobla me echa piropos (no, no por mis más que evidentes encantos, ni mis piernas morenas –hoy más morenas que nunca-), y discutimos brevemente quien tiene más mérito (no, tú más), se agradece siempre. Ya camino del puerto, al entrar en la recta del espigón el km 30, sobre 3h15m y pico. Y con el sol castigando más cada vez. Camino del espigón me adelanta un chico que me dice “Vas corriendo, ¿no?”. Las varias posibles respuestas inundan mi mente, pero lo que contesto es otra cosa “ya te digo” que me va a ahorrar muchas discusiones, además deduzco que seguro no ha pillado el tono irónico, poco a cuenta sale discutir en un maratón 8no sé que es peor oír que corro o que corro a más de 7 minutos el km). Aunque sigo llevando corredores por detrás, ahora podré ver cuántos, pues en los pasos anteriores, con los de la media era más complicado ver los que llevaba detrás del maratón.

Saliendo del espigón veo que aunque poco llevo más diferencia con el grupo de los 100 de Quique, en este paso son menos, pues los de la media ya acabaron, aunque alguno creo que les acompaña igualmente. No sé si es Quique que dice que en esta vuelta van por mí y a pillarme, lo dicen de guasa, pues no creo tengan intención de aumentar el ritmo, y al corraliego, aunque no haya ido a máximo esfuerzo, los últimos km con calor le cuestan lo suyo, y dudo le apetezca hacer ningún esfuerzo extra. Y ya hacia meta, noto que voy más lento y cuesta más avanzar, el sol me tiene bien pegado al suelo. No, las fuerzas no están intactas ni de coña, pero ha llegado ese momento en que no piensas más que en beber y echarte agua, todo lo demás es secundario. Aunque sigo con mis miedos del cierre, cada paso con jueces o miembros de la organización recupero más moral, pues sus palabras de ánimo me dan una relativa tranquilidad. Y ya el último paso por meta, como cada vez el chico que me anima especialmente está allí. Y de los bares se oyen muchos aplausos y voces de ánimo. Sonrío y levanto pulgar como he hecho las demás veces con los ánimos.

Al ir a completar la tercera vuelta veo que el fotógrafo (Santi) de runonline sale de la zona de meta para hacerme más fotos (igual que el año pasado), da corte, pero me gusta. Además me vendrán bien para ilustrar un libro sobre cangrejos al sol, si es que algún día lo escribo (no tengo la más mínima intención). Km 31,650 en el tercer paso de vueltas, 3h26m07s. A 6 minutos pelados estaría en 4h30m. Parece un comentario normal, pero es una utopía, son las doce y media, y además de la treintena de km. Tres horas y media al sol imposibilitan hasta el pensar en esa idea, ojalá hubiera alguna posibilidad, pero no. Y la cuarta recta del km es más infernal, “la joía”, que ninguna de las anteriores, sólo pienso en pillar agua, dos botellas que no da tiempo para más, me cruzo con Patxi, que ya está rozando la gloria de meta (un carrerón, porque siendo grande y corpulento, el calor tiene que haberle castigado más que a otros (o eso me parece a mí), 3h40 y algo hará. El voluntario que lleva a los chavales, me vuelve a decir el gran ejemplo que les estoy dando con la marcha, se agradece. Fuerzas me quedan, ritmo es el que hay, ya cuesta no pararse (aunque lo hago si veo botella de agua en el suelo, les suelo dar patadillas si no se aprecia bien el que haya agua, y entonces si noto que estén llenas o no). Y lo que parecía impensable sucede, se acaba la maldita recta, y sí me ofrece otra vez el voluntario botella de agua, que agradezco sobremanera, me la tomo con el último gel (5 he tomado en total).

Ya en la recta que me llevará hasta el 35, el calor joroba bastante, y decido subirme a una de las estrechas aceras, que entre árboles y muros de los chalets ofrecen algo de sombra  aratos, pero lo dejo al poco, porque con tanto vado, me corta más el ritmo, que ya bastante cortado está. Me alcanza Alberto Costilla, que se fue del grupo, hace alguna foto como siempre y tira hacia adelante, nada más empezar a separarse decido que mejor parar a hacer un pis ahí que seguro no hay nadie, que a la vuelta, que aunque tampoco hay nadie (alguna que otra persona sí, pues en algunos tramos hay alguna tienda y 2 o 3 bares), está más abierto (así no se escapa uno del sol), y aunque sea desde balcones eres más visible. Acabo el pis, y Alberto está ya la leche de lejos (a ojo, diría que cerca de 150 metros), no sé si es que he tardado mucho, o que tenía la meada larga, ni me he fijado. Adelanto a Dulce, una chica, a la que también pasé en la última vuelta el año anterior, el calor también le hace mella, nos animamos.

Por fin llego al km 35 en 3h51m y algo. Tengo clarísimo, que no bajo de 4h40m, aunque lo sigo intentando. Giro, saludo con el juez y avituallamiento. Los voluntarios volcados animando, esta vez no pillo 3 botellas de agua, pillo 4 (de la primera he dado cuenta en menos de 10 segundos entre beber y echarme, para poder coger las otras tres con las dos manos), agradezco mucho todos los ánimos, porque también refrescan mucho la moral que el sol iba aplastando. Y recta larga en busca de la rotonda, sufriendo el calor, supongo que con menos grasa lo sufriría menos, pero es la grasa que hay. Descontando y saboreando cada vez que veo que queda un km menos. Aunque quiero, no consigo restar segundos a los 7 minutos por km. Al contrario algunos se van sumando en cada uno. Veo que unos voluntarios hablan, pues parece que aún no pueden abrir oficialmente la calle de abajo, porque quedan corredores “que van muy tranquilos”, deben referirse al grupo de los 100 de Quique. Viene una moto de la policía local de frente ((sin riesgos ni nada, claro), y se para nada más pasarme, al poco noto que va detrás de mí. Llego a pensar si es que han echado a todos los que van detrás de mí (que eso fuera normal o no, no lo piensas en esos momentos). Nos cruzamos con un voluntario y hablan, el policía local (de buena fe) había creído que ese que va medio andando tal que así debe ser el último, cuando se da cuenta, deja de seguirme y se va en busca de la cola.

Esta vez la rotonda parece que esté más lejos (normal, voy más lento, por tanto tardo más en llegar). Ya ni están los vecinos de las mangueras (ya deben estar merendando), muchas gracias igualmente, porque ayudaron lo suyo. Antes de llegar a la rotonda, me cruzo con el grupo que estaban a la sombra, se levantan a animarme y me dicen de todo y todo bonito. Aunque no lo sé, imagino que igual son del grupo de los 100 de Quique, pues por detrás pocos quedan. Rodeo la rotonda, me parece que con fuerzas, pero lento, otra botella de agua que se agradece infinito, y la recta asadora que me llevará del 38 al 39. Larga, casi eterna. La mayoría de chavales voluntarios ya no están, supongo que les han enviado a casa, para comer con la familia (supongo, no lo sé), pero sigue habiendo agua, no recuerdo si cojo 3 o 4 botellas), ya será la última vez antes de meta. Más de 4h21m en el km 39, intento no perder ritmo, pero es que el calor lo ha castigado mucho.

Último paso por el arco de salida, ahora al menos me cruzaré con algún corredor que llega, giro a izquierda dejando la meta a mi espalda, sonoros aplausos y ánimos, palabras agradables de gente de la organización, ánimos del chico que ha estado en ese punto todas las vueltas, aplausos desde los bares (sobre todo los de terrazas), ya sólo es ir al puerto y volver. En la ida, paso por el km 40, por encima de 4h28m. No recuerdo si 4h29m. No he podido ni pelear las 4h40m con más insistencia. Llego al espigón, ya han quitado las duchas (jo, eso duele), cuando somos los más lentos los que más las necesitamos. Pero bueno, apretar dientes, que queda muy poco ya, sobre 1,5 km al dar la curva de regreso. Dejo atrás el espigón, y llegando al 41 me cruzo con el grupo de 100, que es muy numeroso (deben estos 3 últimos km acompañar todos a Quique). Me dicen que ahora me dan alcance, y les contesto que si eso ya mejor en la próxima vuelta.

Una pareja me ofrece una botella de agua, que agradezco mil, aunque falte poco. La liquido rápido, y ya me están faltando sólo 500 metros a meta. 400-300-, giro a recta de meta, sólo 200. Al llegar a la zona de bares multitud de aplausos, me medio giro (no veo una leche, así que ni miro), aplaudiéndoles de agradecimiento por tantos ánimos en cada paso), aunque no vea, la sonrisa la llevo puesta, también el chico que me anima. Y último esfuerzo para el final de la recta de meta, y entro, por fin.

4h43m36s el tiempo neto final. Se ha hecho duro el maratón, además tiene momentos con mucha animación y otros que estás en la nada más absoluta. Se ha debido hacer duro para los demás. Luego sé que ha debido serlo, éramos 206 inscritos y salimos 185 (que pasamos por la alfombra de salida), de esos sólo 129 llegamos a meta (el 123 yo), bueno, se podría descontar un corredor, que se ve muy claro que en la última visita al espigón recortó lo suyo. Ganó 10 puestos tardando 10 minutos (no llegó al final del espigón, ni debió pisarlo) donde los que adelantó tardaron 17-19 minutos (incluso el keniata ganador, tardó 11), la verdad no lo entiendo, pues por su crono está claro que no pitó el chip, porque a más de 600 metros de la alfombra del espigón no pitan los chips del dorsal. En cambio quien acabó de maravilla fue David Pérez ha sido segundo, superado sólo por un keniata y bajando de 2h28m. Mérito tremendo, con otro clima fijo habría hecho 2-3 minutos menos, enhorabuena. En la media de 547 que salieron llegan 480 (o 476, porque los 4 últimos no tienen pasados la mayoría de controles).

Llego muy cansado (media de 158 pulsaciones y 5018 calorías gastadas), agradezco las fotos y aplausos de meta, me ponen la medalla, la 112 está ya conmigo (es feucha aquí, de esas de metacrilato, pero eso a mí, es de lo que menos me preocupa), me echo una botella de agua, por encima. Hacer un maratón es como hacer travesuras de pequeño, siempre acabas castigado. Pero me vale la pena. Agradezco las palabras de felicitación y ánimos de la gente de la organización, porque quiere decir que no deben estar molestos por haberme excedido con el tiempo permitido. Otra cosa será el año que viene, tengo que llegar con más garantías (o montar un lobby de esos, para que retomen el límite de 5 horas que quitaron hace 4 años). Me tumbo en la misma hierba del año pasado, tengo que descansar algo y recuperar, pero no demasiado, porque aunque aquí creen que no, el hombre del pabellón está loco por cerrarlo e irse. Además así espero que llegue la cuadrilla de los 100 de Quique, para saludarle y felicitarle, pero todo eso tumbado en la hierba, que puedan recuperar vida las piernas y se relajen algo todos los músculos (si es que se pueden llamar así) de mi cuerpo. Me viene una chica a preguntarme si estoy bien, me sabe mal esparramarme por los suelos, porque causo alguna preocupación en quien se fija. Le digo que sí, que estoy bien, tratando de recuperar fuelle y relajar cuerpo (y acabar de broncearme al horno, porque el sol sigue ahí, inmisericorde). Me pregunta si necesito algo (si es que vienen provocando), y pillo la mochila y le doy un bidón de tapón ancho, preguntándole si podría pedir hielos en un bar. Me hace el favor y va a buscarlo, cuando lo hace, no sé si me estoy aprovechando, al menos a mala fe, no lo hago.

Mientras llega Quique, pero se van directamente al escenario donde están los podios. Le llamo pero n me oye, supongo que se hacen allí la foto de familia, cuando baja, a través de otro (a mí no me oyen, ni él ni Zelko), y viene y nos saludamos, le felicito, y se va para las duchas. Espero que vuelvan, con o sin hielo, para ir yo también, si tardo más me lo encontraré cerrado, y no es un gusto asearse en la estación de buses como hace dos años (la ventaja es que aquel día llovió a mares cantábricos, y ya iba medio duchado). Llega la chica (muchas gracias, de verdad) con la botella, sólo le han dado 3 hielos, que parecen de segunda mano (por lo gastados que están), mala suerte, su esfuerzo ha sido igual de bueno que si se lo hubieran llenado. Y marcho a las duchas. Este camino es muy duro para mí, no es porque esté cansado, que lo estoy. No es por estar muy castigado, que lo estoy. Es que acarrear después del maratón la bolsa de deporte con el ordenador y demás parentela, se me hace duro, muy, muy duro. Y con el nerviosismo de llegar a tiempo o no (el año pasado llegué justillo, aunque es cierto que estuve más tiempo en la zona de meta recuperando y en Cruz Roja curando una herida de guerra (una caída). Paro en un bar y pido si me pueden llenar de hielo el bidón, y triunfo, debo dar una pena todo derrengado, con una bolsa que me supera (más la mochila), y todo yo medio moreno, medio asado.

Y llego a tiempo al pabellón (son 600-700 metros, que con el castigo de bolsa que llevo, es un mundo), sobre todo de ver la cara de ningunos amigos que tiene el señor al ver que llegamos 2 o 3 más. Ya en el banco de los vestuarios echo los hielos en un vaso y en él cerveza (en meta dan una cosa que llaman cerveza, pero que brilla como el limón, seguramente porque la han mezclado con la dichosa fruta, y después de un maratón no quiero experimentos) que llevaba yo, al menos unos tragos de cerveza fresca, ya me hidraté por fuera, más la ducha venidera que tendré en breve. Casi todos los que están son del grupo de los 100, Quique llega al rato, casi largo. Al final entra el hombre cuando quedamos dos, quejándose que no lo entiende que el año pasado a esas horas estaba en su casa, como si fuéramos nosotros a las tantas sólo para fastidiarle. Inútil decirle que si llegamos más tarde a meta llegamos más tarde al vestuario, parece que le debemos y le pagamos.

A comer algo y bus a Santander, un par de kubos de quintos caen, mejor dicho los vacío, caer no, que la cerveza no se tira. 10º maratón del año, 112 en total. Es difícil para mí este maratón, una contrarreloj, y si sale día de calor demasiado complicado bajar de 4h30m. Quiero volver, pero tendré que ver la situación en la que puedo llegar el próximo año, a mí me han dejado la sensación de que no les importa que tarde más, pero es una sensación mía, no me la puedo apropiar, hoy, supongo que por la cuadrilla de los 100 de Quique ha acabado siendo más permisiva la cosa. Incluso un chico empezaba la ida y vuelta al espigón va algo cojo, y aunque acaba en 5h10m le han esperado y aplaudido. Hasta la una y algo de la mañana no llego a casa, bus, tren, tren de cercanías y casi dos km para llegar a casa algo cansado.

No me parece bien que un maratón popular tenga un límite de 4h30m. Tampoco el problema que representa para los más lentos ducharse en el pabellón (ni sé si eso lo sabe la organización, no poder descansar unos minutos por ir apresuradamente a ducharse, llegar y encontrarlo cerrado, o con un señor con mala cara deseando cerrar no es muy motivante), en cambio todos los voluntarios (mucha chavalería hay) y el trato está muy bien, con el calor que hacía ir repartiendo botellas de agua por el recorrido era una gran ayuda, y voluntarios, policía local y organizadores siempre tenían una palabra (bueno, más de una) de ánimo y aliento. Y fotógrafos, en pocos maratones se ven tantos, y entre ellos además runonline, con los que puedes renovar tu book.

A ver si todo me ha ayudado para mejorar en Pamplona, que a saber qué tiempo hará. Espero llegar lo mejor posible, porque primero hay que recuperar de esta, y sólo hay 6 días de diferencia.

 

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