[2015] Ultra Maratona Atlântica Melides–Tróia

[cheve]

Tratado sobre la arena y su densidad

Crónica de 43 kilómetros con las zapas mojadas y la mejor compañía

Bueno chicos, hacía tiempo que no hacía una crónica de una carrera, pero creo que esta Ultramaratona Atlántica, por sus características ( y por supuesto por la compañía), lo merece.

No voy a entrar en detalles de un viaje maravilloso con Grillo, Leona, Gaby y la sorpresa de la familia Dabenar en meta. Ni tampoco de los sitios fabulosos que visitamos en Elvas o Évora. Esa parte, ya os la cuento en directo.

Más que nada lo que quiero es contaros esta aventura y, especialmente, que os podáis hacer una idea de lo que es una carrera tan extraña y dura. De hecho, tanto a Grillo como a mí nos sirvieron mucho las crónicas de españoles que ya habían corrido esta ultra.

Pues eso… imaginaos. 43 kilómetros corriendo por la arena? Sí, pero qué tipo de arena? Entre Melides y Troia yo conté como poco 30 tipos de arena diferentes.

Imaginaos, insisto, la cara de Grillo y mía cuando empezamos a correr en unas verdaderas arenas movedizas en las que mantener un ritmo de 7 minutos el km era verdaderamente extenuante. Pues los ocho primeros kilómetros fueron así. Los dos preguntándonos ¿Qué hacemos en este infierno?. Calculando ya que íbamos a terminar en siete horas. Y eso, si éramos capaces de mantener tal desgaste físico.

En el kilómetro 8 la densidad de la arena y la forma de la playa (absolutamente clave en esta ultramaratona) comenzó a cambiar. El talud de la playa comenzó a disminuir y ya no era tan necesario meterse al agua hasta las rodillas para buscar arena dura. La verdad es que para entonces ya daba igual. La mitad de la arena de la playa la tenía Grillo en sus zapas y la otra mitad yo. Y las zapas mojadas hasta no poder más.

El calor no era abrasador y por entonces no había viento. Los miedos que teníamos no se habían confirmado, pero ninguno de los dos nos habíamos siquiera imaginado lo que podía ser correr en esas condiciones de arena del inicio. Pero lo impresionante es que mucho de los locales (y no particularmente jóvenes) nos habían sacado ventaja. Y bastante ventaja.

A partir del 16, la cosa empezó a mejor. Vamos, la arena comenzó a mejorar. Playas más amplias, menos inclinadas…. Inmensas playas, una tras otras. O la misma playa, en realidad. Sin capacidad de discernir ni el ritmo ni la velocidad hasta que no sonaba el Garmin. A veces, algo de animación. Otras, cuando pasabas por un tramo con ‘conexión’ a la civilización (oculta tras una enorme duna) turistas que miraban a esos locos…..

De pronto, a pesar del inmenso esfuerzo de los primeros 16k, empezamos a correr. Sí, correr. O sea, a bajar de 7 minutos el kilómetro. Y ahí cambió la guerra. Primero la batalla contra la arena y luego la batalla con la cabeza. Tan lineal y sin ninguna referencia solo puedes pensar en los ritmos y no meterte de nuevo en el mar. Al máximo entretenerte calculando el agua que te queda hasta el kilómetro 28,5 (era autosuficiencia y estaba prohibido que nadie te diera agua. Solo la que tu llevas).

La verdad, es que ir con un compañero de batalla es indispensable. Y Grillo, ya lo sabía, es una fabulosa compañía. El uno y el otro fuimos controlando los ritmos y mejorando kilómetro a kilómetro. De pronto, éramos runners otra vez y esto volvía a ser solo una carrera.

En los últimos kilómetros la situación se convirtió en realmente extravagante. Según nos acercábamos a la civilización la imagen de runners exhaustos y acalambrados entre los bañistas era realmente marciana. Fuimos esquivando sombrillas y balones de playa los últimos kilómetros. Pero ya daba todo igual. La arena era corrible. Jamás había pensado en mi vida tanto en un elemento y su densidad…. La arena, la arena….

Al final 4 horas y 29 minutos. En realidad, como casi siempre, lo de menos. Lo de más, como siempre, una nueva experiencia en la mejor compañía de un forofo y la mejor sorpresa de otro en meta-

…. Éxito conseguido.

Eso sí, creo que tardaré días en dejar de soñar con bancos de arena. Y años en sacar de mis zapatillas y mis neuronas tanta arena…..

P.D. Si tenéis oportunidad, la Maratona Atlántica es una experiencia fabulosa… No solo correr por una playa tan inmensa que siquiera es difícil de imaginar que exista, sino también por una logística que incluye ir a una carrera en barco en el estuario del rio Sado en un paraje natural de los que no quedan en Europa.

[Grillo]

Viajes Melchorito lo ha vuelto a hacer!!! Sí señor, sí señor, nos ha vuelto a llevar de excursión  Así Gaby, Leona, Cheve y yo nos enfundamos en el transporte que nos iba a llevar a un finde de playa en Setúbal, con una ruta que nos permitía admirar el encanto de varios lugares por el camino. Gran viaje, gran compañía y con estos ingredientes el menú estaba servido, disfrutar de primero, disfrutar de segundo y de postre yo me pedí gofre, que os pensábais

Voy a mantener únicamente en mi consciencia pasajes de este finde de playa ajenos al paseíto que nos dimos el domingo. Como siempre, mejor ver. Las cosas para disfrutarlas hay que vivirlas y su magnitud la adquieren precisamente en tal vivencia. Dicho lo cual, sólo queda un pensamiento que azota como martillo pilón… repetir, repetir, repetir. ¿Cuándo?

Vamos allá, suena el artilugio del mal que nos aleja de que la vida es sueño y después de un paseo por paradisíacas calles nos embarcamos como tres reses que van al matadero, Leona, Cheve y yo, en una caseta de obra a pie de puerto… Marco y Amedio tenían menos inquietud en su rostro ante lo que nos íbamos a enfrentar. Nuestros primeros metros de la aventura, en barco. Esto te da un aire Capitán Iglo muy, muy molón. Allí comienza la tragedia.

Una vez en tierra firme, Troia… donde Brad Pitt luchó en la película del mismo nombre… a lo mejor no era allí, pero ese era el final de nuestra aventura y después de 43 km. de arena no esperaba llegar yo menos cascao que el actor, vamos sin tendón de Aquiles, tobillos y lo que perdiera por el camino. El transporte terrestre nos espera, Leona sube en el que le lleva a Comporta para enfrentarse a los 15 km. en la arena y Cheve y yo al nuestro, con destino Melides.

Estoy facultado por la auténtica heroína de esta carrera, para decir haciendo un inciso, que se comió a todas las portuguesas que vio por el camino, únicamente le quedaron 2 para subir al cajón más alto… Yo pensando durante mis chancletazos como estaría sufriendo y ella recogiendo cheques y trofeos por doquier. 3ª de la general, 3ª de su categoría, puesto 33 de la general. Una auténtica campeona!!! Desenvolviéndose en la zona de meta como una nativa playera, cheque en mano, saludando a los organizadores, a sus primos, haciéndose fotos… vamos una de las reinas del ranchito. Que si vuelve el año que viene la preguntan los de la organización… Únicamente la faltó la entrevista en portugués para la televisión local. Todo se andará

Continuo, Cheve y yo nos subimos a nuestro autobús y ahí empezamos a masticar la tragedia, contemporáneos de Tutankamón, vamos, un autobús que más se puede asemejar a un viaje de jubilados rumbo a Benidorm, con morenos color alquitrán y lo que era más preocupante, camisetas de los 100 kms. playeros a la pata coja, de clubs de corredores por la playa, de la 1ª edición de esta locura a la que nos vamos a enfrentar… Vamos!!! Que el 90% (y a lo mejor me quedo corto) tenía el culo pelao de correr por la playa. Ante tal borrachera de motivación Cheve se abandonó y quiso desconectar en un plácido sueño, yo me quedé con valentía escuchando esas historias en portugués de una ancianita entrañable que hablaba de campeonatos del mundo en la playa  ¿Dónde coño nos hemos metido? Estaba claro que hoy la camiseta que pegaba era estilo vintage 

Ese carruaje del mal, no se detiene y yo creo que tiene estropeado el cuenta kilómetros, cada vez se aleja más y más de la meta, para mí que ha desertado y quiere llegar a la frontera hispánica. Para ya!!! malandrín!!!. Ufff.

Llegamos y en filica, nos dan nuestra camiseta de la ULTRA de 43 km (la ultra de los vagos), manzana, gel, barrita, dorsal y chip y a correr… En los preparativos vemos en acción hasta donde llega el ingenio humano, a veces inhumano, de los preliminares para correr en la playa… si a una zapatilla de correr, le pones un calcetín que te llega hasta la rodilla y todo esto lo unes con celofán, pues yo no sé si valdrá para correr más o mejor, pero eso en España una mierda es… y en Portugal también. Pero... Allí lo tenían!!!

Pistoletazo de salida y comienza el baile, los primeros pasos y me siento como Georgie Dann imitado por Fraga Iribarne, balanceándome más que Enrique y Ana… empiezo a ver como una manada de ñus chanclea por la arena como si le debiese esta dinero, que manera de correr. Todo el mundo ha buscado una zona cercana a la orilla y ahí vamos nosotros, Cheve y Grillo, Grillo y Cheve, enfrentándonos a lo desconocido

Cuando la ola iba a romper en la arena ese acordeón de corredores hacía un movimiento enérgico de cadera para alejar su calzado de la enfurecida ola, parecía un vals acompasado. Diviso esta coreografía durante unos segundos y lo he pillado, esto es fácil, me siento preparado. Trazo la bisectriz mentalmente en la arena, calculo la velocidad de la ola, controlo la inclinación de la arena y zashhh!!! Viene la ola y me pega una estocada que me llega a la rodilla… Joder Manolete, minuto 1!!! y llevo la zapatilla calada y llena de arena, suerte que llevaba el calcetín de los domingos… Las medias de compresión han cambiado sus propiedades a compresión acuática. Cheve, más avezado, tardará algún minuto más seco, exactamente 4 minutos más. Quede en nuestro currículum nuestro expertise en estas condiciones

Nos miramos y rápidamente lo sabemos… tostador a medio asta, ritmos superiores a 7 minutos el kilómetro (imposible para mí ir más rápido, Cheve da veracidad a esa idea), arenas prácticamente movedizas (la más dura es con el agua a la altura de la rodilla… pena no habernos traído el tubo y las gafas de bucear, porque lo vamos a necesitar), esto sólo puede mejorar, pero o mejora rápido o yo no sé si vamos a llegar a verlo. Los 8 primeros kms. se suceden de la mano a nuestra incredulidad, nada cambia. Nadie nos adelanta, tampoco adelantamos a nadie y esa manada que iba delante nuestra se va perdiendo en un horizonte infinito.

A partir del km. 8 y hasta el 16, pasamos de una auténtica ciénaga a un patatal, aunque no lo parezca un gran cambio. No es cómodo, no es lo mejor, pero comparando de lo que venimos… Los ritmos mejoran muy ligeramente, aquí es cuando pienso que mi distancia era la de 15 kms. porque llegar me sigue pareciendo una autentica quimera (también pienso en lo mal que lo estará pasando Leona, incrédulo de mi). Para el control de chip nos hacen ir hacia la zona más arenosa de la playa, dan ganas de ir a gatas, parece que vamos haciendo el Chiquito de la Calzada… yo sí que no puedorrr!!!  Rápidamente tras el control de chip, nuevamente a la arena más dura posible, cerquita del agua o mejor dicho, dentro del mar.

En esta carrera ves probaturas de todo tipo… pasa el quad del organizador y ahí sube un intrépido a pisar sobre sus huellas, rápidamente vuelve a la mar con el tostador subido de revoluciones y el electro en funcionamiento. Aquí las pruebas en casa y con gaseosa.

Llegamos a donde el mesías abrió las aguas, en este caso la arena, y a partir del km. 16 nos encontramos en una zona corrible que ya no nos abandonaría hasta los últimos metros de la prueba. Aparece algún bañista que nos mira y piensa para él, vaya unos gilipollas… lo vemos en sus ojos pero no nos importa, llevamos 16 km. pensándolo nosotros.

Como no podía ser de otra manera todo mejora, empezamos a ver gente con su caña, a la pesca, a la pesca!!! Niños jugando con el balón, haciendo castillos, esto se trata de correr y esquivar, bahh chupao. Empezamos a pasar a gente, poca todavía (más tarde ya vendrán los de walking dead). Llegamos al 28, donde se sitúa el único avituallamiento, nos dan 2 botellas de agua y a seguir corriendo. Cheve va como un tiro, no obstante yo prefiero parar a cargar mis bidones. Esa parada me hará encallar, me cuesta dios y ayuda arrancar el barco (tema del ancla pudiera ser) y comienzo a pasar 4 kms. de crisis, sobre todo mental. Gel, barrita, agua… si me hubieran dado cianuro pa dentro había ido

Estamos haciendo un terceto (por no decir trío que no suena tan bonito en esta situación, arenosa, sudorosa y con poca ropa) con un portugués que ha visto que somos su rueda buena. Los fantasmas de Sant Michelín le sobrevolarán y quemará el tostador, aunque él todavía no lo sabe. Yo en cambio sí sabía que uno de los 3 rompería motor, pero sorpresa la mía, pensaba que yo era el que no había pasado la revisión. Gracias a Midas!!!

Paso esa crisis de 4 kms. y ya estamos en el km. 32 aumentando el ritmo, Cheve sigue como un avión, tanto corriendo como aliviando su vejiga. Qué manera de correr, que manera de orinar... Que grande!! Los núcleos de bañistas se hacen más numerosos, nada escandaloso, algunos ánimos que la verdad sientan muy bien… hasta que llegamos al punto de inflexión de la prueba (aprox. km. 37) un bañista (no pescador) con su caña al aire viene hacia nosotros animándonos. Toma ya que da palmas con el badajo!!! Saco el Grillo que hay en mí, ya que entiendo esa ofrenda como territorio hostil y lleno de comanches, y empiezo a dar chancletazos sin mirar atrás. Los walking dead se suceden, vamos viento en popa…

Sólo se me ha roto una de las botellas de hidratación, roto la boquilla de la camel y salido la boquilla del otro bidón, pero no es momento de mirar atrás después de lo visto. Así que corremos y corremos sin rumbo fijo, el aire comienza a apretar ligeramente, pero seguro que más aprieta el comanche anterior en sus ánimos (y más si le dejan). Llegamos al 40 y la playa ya empieza a parecer un mini Benidorm, sombrillas y sorteos a todo tipo de niños y bañistas, ahh y a algún perro.

A lo lejos se ve por primera vez el arco de meta, primera referencia de algo relativo al punto de llegada y estamos en el km. 42, que lo acerquen!!! Seguimos pasando a algún walking dead, alguno varado en la arena. Aumentamos el ritmo, vamos!!!

Vamos que ya estamos!!! De repente aparece un espontáneo polémico corriendo al lado de nosotros. Cheve no le hace el mayor caso inicialmente, para luego sorprenderse… El gran Dabenar corriendo al lado de nosotros, por suerte no ha optado por quitarse el bañador como el anterior susodicho. El subidón que necesitábamos para el final. Grande Dani, que sorpresón!!! 

Esquivamos las toallas necesarias, subimos a la arena blanda y nos enfrentamos a los últimos granos de arena. Ahí está Gaby para alentarnos los últimos metros, con un sol de justicia, jaleando nuestros últimos pasos. Bravooooo Gaby!!!!! Cruzamos la meta en 4:29. Una aventura más conseguida!!!

Que grande la familia Dabenar, que no se lo ha querido perder y ha aparcado parte de sus vacaciones para compartir con nosotros esta aventura. Cheve para quitarse el sombreo, parecía que volaba sobre la arena, donde yo me hundía hasta el tobillo el no clavaba ni las uñas. La próxima vez tiene que ir adelante porque puede quedar muy muy arriba (esta vez hemos sido el 50 y 51 de la general). Gaby por un magnífico fin de semana y su esfuerzo para jalearnos esos metros finales. Por último, y no menos importante, a la campeona de la playa, a Leona, que menuda paliza a dado a cuantos portugueses/as se han osado ponerse a su lado. TODOS, TODOS, TODOS, CRACKS!!!! Muchas gracias por regalarme este pedazo de fin de semana en la playa. Sois geniales!!!



Saludotes!! Cri cri

[cheve]

PERO QUÉ GRANDE ERES GRILLO!!!!

HA SIDO UN PRIVILEGIO CORRER CONTIGO Y LEER TU FANTÁSTICA CRÓNICA!!!

[kikeng]

Vaya pedazo de crónicas y de carrera. Ponen los pelos de punt y emocionan. Felicidades a ambos por esta verdadera hazaña

[victor6]

Felicidades cracks por terminar  y a Leona por ese Podium, que gran cronica grillo,

[dabenar]

Grandes Crónicas!!!!
Y que emocionante después de estar esperándoos en meta, veros aparecer a lo lejos.
Genial haber cuadrado todo para poderos ver al final de esta carrera. Yo creo que una macro expedición algún año seria la leche.