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Tras la Madrid-Segovia la verdad es que me di cuenta de que me estaba pegando mucho tute.
ESPECTACULAR. No encuentro una palabra mejor para describir el fin de semana que acabo de vivir en Alquézar, pueblo del Pre-Pirineo situado en plena Sierra de Guara.Tras la Madrid-Segovia la verdad es que me di cuenta de que me estaba pegando mucho tute. El hecho de saltar de una carrera de 102K con 2.092+ a otra de 50K con 2.429+ en dos semanas, no le daba suficiente tiempo al cuerpo para poder recuperarse con garantías. ¿Cómo entreno para la segunda si he de recuperar?. El propio cuerpo respondió a esa pregunta cuando al tercer día de la Madrid-Segovia el piramidal de la pierna izquierda dijo basta.Sólo pude hacer una salida de 9K y luego la Carrera del Corazón de Madrid, un total de 19 kilómetros en dos semanas. No estaba preparado y sabía que podía salir mal parado. Las visitas al fisio y osteópata confirmaron mis sospechas: piramidal y glúteo medio izquierdos agarrotados y duros como una piedra, además de tener los astrágalos de ambas piernas soldados sin tiempo suficiente para poder soltarlos antes de la carrera.Con todo y con eso parto, con la moral por la carrera algo baja, hacia un fin de semana espectacular que había organizado a conciencia para que mi mujer (que cree que estoy loco….. más loco de lo que vosotros pensáis) disfrutara como nunca y consiguiera entender por fin, por qué nos gusta tanto sufrir.Partimos el viernes a por los 450 kilómetros que nos separan de Alquézar, barriendo las nubes de un frente que se estaba cebando con Aragón. No nos cayó ni una sola gota. Era como si alguien desde el cielo nos protegiera y diera su bendición. Al llegar al pueblo, tráfico cerrado y ambiente de carrera por todos los sitios. Hago el check-in en la Casa Rural donde nos hospedaremos (Casa Alodia) y nos sirven en la terraza de la habitación, con unas vistas de ensueño a la Colegiata de Alquézar un aperitivo de embutidos y quesos del Somontano además de una botella de vino, de la que damos buena cuenta. Sitio, lugar y momento perfecto para una pedida de mano. Un par de horas más tarde recogida de dorsales en el Ayuntamiento del pueblo. Ya era hora. En la bolsa del corredor nos han incluido una botella de vino y una butifarra (en vez del caldo Aneto, el de Navidad) además de una camiseta técnica de compresión muy atractiva. Empiezo a pensar que aquí sí que se preocupan de los corredores.El pueblo es una auténtica fiesta deportiva. Se respira en el ambiente. Son 150 habitantes y hemos llegado más de 500 corredores de toda la geografía internacional para disfrutar de las tres carreras previstas para el día siguiente: Trail (35K), Long Trail (50K) y Ultra Trail (98K).Por la noche mi mujer me pregunta si me ha de esperar el día de la carrera para comer a lo que yo, como soy muy macho, le contesto ¡Claro!!!!, en seis horas calculo que habré acabado. Me di cuenta de que algo iba mal cuando antes de acostarme miré que la organización tenía prevista la llegada del primer corredor de esta carrera a las 6 horas y 40’ después de la salida (luego la máquina, apareció en menos de 5 horas). Glups!, había algo que había pasado por alto…… retomo el perfil y veo que en 10K casi nos han metido un kilómetro vertical, y campo a través.Por fin llega el día de la carrera, salidas intercaladas de más a menos distancia. Primero sale la Ultra a las 08:30, luego salimos los de la Long 8:45 y por último los de la Trail 09:00 horas.Tras un corto recorrido por el pueblo empieza el baile. Esto es una carrera y lo demás son tonterías. Tras un par de kilómetros advierto que puede ser la carrera más técnica a la que me haya enfrentado nunca, y vaya si lo fue.Barranco arriba, barranco abajo y esto acaba de empezar. ¡Señores quien da más!. La pierna izquierda, como no, se une a la fiesta en el km. 4, me empieza a molestar el glúteo izquierdo. Madre mía la que me espera…….Si bien es cierto que la carrera disponía de 6 puntos de control, la posibilidad de evacuación era bien distinta en cada uno debido a la situación de los mismos. En el kilómetro 14, en el que volvíamos a pasar por el pueblo, pensé en abandonar. Era el mejor sitio, ducha caliente y a comer tranquilamente. Seré un cabezota pero el hecho de pensar estar sentado en una terraza al Sol mientras que auténticos héroes están corriendo y pasándolas putas me hizo desistir de esa idea. Aquí empezó mi batalla, el cuerpo contra la mente. Poco después el abductor izquierdo se une a la fiesta y ya se me empieza a bloquear la pierna entera, me cuesta horrores levantarla del suelo y me duele hasta el sacro. Pienso en abandonar de un punto de control a otro. Mente contra cuerpo más que nunca. Rabia de pensar que voy bien de caja pero que no puedo moverme sin sufrir lo indecible. Madre mía si fuera bien….. si fuera bien…… pienso.En el punto de control del km. 23 no puedo más. Un voluntario me pregunta que tal voy a lo que le contesto que voy fatal, que me duele muchísimo la pierna izquierda y le pregunto por la evacuación. ¿Eso qué es? me contesta……Vaya, parece que tengo que seguir corriendo entonces. Lo que no sabía era que el siguiente punto de control era el mismo sitio con el mismo voluntario, 5kms. más tarde, así que hasta el km. 38 tuve que seguir corriendo. Paraba continuamente a estirar el piramidal pero no me duraba ni 100 metros hasta que el dolor volvía, aún así seguía corriendo todo lo que podía…Ya en el 38 pienso que se va retirar su p**a madre, que sólo me quedan 12, que a pesar de todo nadie me está pasando y que aunque sea arrastrándome llego a esa meta.Último avituallamiento a 5 kms. de la meta. 3 de puro sufrimiento y 2 de gozo. 3 de subida y 2 de bajada ya viendo el pueblo donde empiezan a aflorar las emociones que intento controlar desesperadamente. Casi todos sabréis que no es compatible llorar con correr. A 20 metros de la meta con todo el pueblo aplaudiendo decido pararme.Esta sí. La voy a saborear. Me deslizo de lado a lado saludando a todo el público, me giro les mando un beso y paso por la línea de meta, como los pros....jejejeje.Me aparto a un lado, y me derrumbo emocionalmente. No he sufrido más en mi vida pero ahí estaba: 7 horas 6 minutos y 20 segundos después de tomar la salida, puesto 47, no estaba mal para un tullido. Lo había conseguido. Había ganado la fuerza mental.La organización fue espectacular, la carrera sin duda la más técnica a la que me había enfrentado pero el paisaje ha sido de ensueño. Los avituallamientos correctos aunque no había ningún punto de asistencia médica (o yo no lo encontré).Pero lo más importante de todo este fin de semana ha sido el cambio de actitud de mi pareja, siempre ausente y algo desinteresada durante mis carreras. Se ha dado cuenta de lo que significa este deporte y de lo sacrificado que es.A las 08:15 de la mañana del día siguiente estaba ella en la meta esperando al tío más grande, al último corredor de la Ultra Trail, al que el pueblo enteró recibió entre vítores, con confeti, fuegos artificiales y el repicar del campanario de la Colegiata.Sólo por eso, este viaje ha merecido la pena.PD: Ya le he comentado a Loydi que en Amsterdam me descuelgo de cualquier propósito de tiempo. Así que ya le podéis machacar libremente para que haga un Sub 3 allí.Nos vemos en Amsterdam!