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......Pero en el caso de la Maratón de Madrid, yo donde realmente me emocioné, donde disfruté como un niño, esa sensación que nunca olvidaré, fue cuando entré en el Retiro. Cuando te quedan 800 metros para el final, la carrera ya está terminada, es el momento de sentir, de disfrutar, de saborear el fruto del esfuerzo. A mí se me pusieron los pelos de punta y estuve a punto de llorar. Y ayuda mucho el público, la gente que está animando, gritando, los niños que ponen sus manos para que las choques. Fueron los 800 metros que más he disfrutado corriendo en mi vida......