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Aunque mucho más breve, ahí va mi crónica:Tras cuatro meses de entrenamiento y de ir a por mi tercera maratón, un día antes de la prueba aún no tenía claro a qué ritmo salir. Por cómo había ido la preparación, estaba casi convencido de que podía ir a por las 3h30, pero eso cierzo que nos anunciaban me hacía temer lo peor y dudaba de si dejar de lado los 5' /km e ir más bien a entre 5'05" y 5'10"... Sin embargo, hablando con mi mujer de que esta maratón al no ser de multitudes es fácil quedarse a cierta distancia de entre corredores, decido ir con el globo de 3h30 para ir en grupo y protegerme del viento.Y ahí estamos el domingo con un madrugón considerable pero con una ventaja: a pesar de vivir en Madrid, soy de Zaragoza, y mis padres viven a escasos 400m de la plaza del Pilar. Cuenta atrás para la salida y me coloco cerca del "globero". Cuando llevamos unos 8kms miro mi reloj y veo que vamos 40" por debajo de lo espero pero justo ahí nos avisa que está cogiendo colchón para los segundos que perdamos en los avituallamientos y en las subidas. Qué decir de la liebre, un crack con megáfono que hizo que se me pasara volando la maratón. Total, que entre chascarrillos que va contando con su megáfono, avituallamientos y algo de conversación me doy cuenta que estamos en el km 30.Como zaragozano, sabía que además del temido muro, a partir del km 33/35 había que tener en cuenta que el recorrido iba por zonas muy abiertas y lo que eso supone con viento... Hacia el km 35 tiramos para adelante un grupete de 4 y dejamos atrás a la liebre. La recta del puente se hace interminable pero la verdad que me veo con fuerzas. Entramos en la calle paralela al Ebro y el viento de cara aún se hace más duro pero a pesar de ello, miro el reloj y me llevo la sorpresa de que vamos unos 30" por debajo para bajar de las 3h30; el cansancio claro que está ahí pero noto que tengo fuerzas para meter una marcha más. En ese momento tomo una decisión: cuando empecemos el último cruce de río a través del puente de Santiago tengo que tirar para adelante, quedaran sólo 2kms y el viento esta vez tiene que ir de culo. Y salió bien la jugada, los tres últimos kms fueron cada vez más rápidos: 4'46". 4'39" y 4'28". Al pasar por el cartel del km 41 miro el reloj y me parece ver 3h23'... no doy crédito bajo de las 3h30 seguro.Salvando alguna subida de gemelo por el cambio de ritmo entro por fin a la Plaza del Pilar, veo a mi hermana con su hijo y me acerco a chocársela. Último giro a izquierda para encarar la meta y veo en la curva a mi mujer entre el público, no me queda más remedio que desviarme y acercarme a darle un abrazo; yo soy el que corre y entrena 4 meses, pero ella también lo sufre. Tiempo final 3h28'31". EUFORIA!!!! Primera media a ritmo de 5' clavados, segunda media a ritmo de 4'53".Casi una semana después, me cuesta creer lo bien que salió y cómo este recuerdo ha sustituido completamente a la edición que corrí en 2015 en la que reventé de mala manera teniendo que parar a andar varias veces. Al final, lo del entrenamiento cruzado va a ser verdad y todo...